Max Verstappen fue el ganador en una carrera en la que los Red Bull no tuvieron rival. El asturiano le arrebató la tercera plaza a Sainz, que fue cuarto tras resistir a Hamilton
Ganarle a Mercedes
El objetivo de Aston Martin es claro en esta temporada: quieren convertirse en el tercer equipo de la parrilla. Aunque el Gran Premio de Baréin no había empezado bien, Fernando se encargó de revertir la situación. Antes de que llegara el ecuador de la carrera, ya le había arrebatado la sexta plaza a Russell. Parecía que pelearía por esas posiciones en lugar de por el podio, el objetivo con el que soñaban los aficionados. Pero todo cambió con el transcurso de la carrera.
Las luchas de antaño
Mercedes se resistía a perder frente a Aston Martin, pero Fernando y Stroll tenían clara cuál era su función. Ambos adelantaron primero a Russell y luego Alonso se marchó a por Hamilton. Seguro que ambos recordaron viejas batallas. Esas que el asturiano no fue capaz de reeditar cuando militó en Alpine.
El adelantamiento fue espectacular. Milimétrico. Se lo cocinó a fuego lento Fernando y lo consiguió en una curva en la que su coche entró muy justo. No se lo esperó Hamilton, que buscó recuperar la posición, pero no hubo manera. El asturiano amarró muy bien ese puesto. Y las sorpresas todavía no habían acabado.
La batalla entre Sainz y Alonso
La última posición del podio, la tercera, la pelearon finalmente los españoles. Alonso estaba cada vez más cerca de Sainz. Visto lo ocurrido a lo largo del fin de semana, ese era el gran sueño de Aston Martin: dar la sorpresa en la primera carrera de la temporada. Y Fernando lo tenía claro. Olió sangre y se fue a por Carlos. Era su momento.
Carlos aguantó como pudo, pero la degradación de sus neumáticos le impidió aguantar a su ídolo. Fernando estaba cada vez más cerca, recortando esa distancia que parecía insalvable tras el toque de Stroll en la salida. La vida da muchas vueltas, y en la Fórmula 1 todavía más.
«Intenta mantener la posición», le dijeron a Carlos Sainz por la radio. Ferrari quería asegurar el podio tras una agridulce carrera en la que vieron como abandonó uno de sus pilotos. La batalla entre los españoles fue bonita, con un adelantamiento en el que estuvieron cerca de tocarse.
Los monoplazas estuvieron emparejados. Aunque Sainz le cerró muy bien en dos curvas, finalmente Alonso escaló hasta la tercera posición. Ya no habría más sorpresas, pero esto era suficiente. Fernando completó la primera etapa de su plan en este Mundial. Y todavía quedan cosas por ver.