México busca la soberanía energética en los combustibles fósiles
“Una locura moral y económica” es como ha catalogado António Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas, los esfuerzos de aquellos gobiernos que han optado por invertir en nueva infraestructura para la producción de combustibles fósiles, justo después de que el IPCC urgiera por nuevas alternativas en su último informe.
Mientras el secretario omitía señalar específicos en el tweet con el que reconocía el más reciente aporte del grupo de expertos, en México se celebran los avances de la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, sumado a la reciente adquisición de Deer Park en Texas. Por si fuera poco, también se discute en todos los niveles un proyecto de reforma eléctrica que ha sido criticado por darle la espalda a energías alternativas y limpias, entre otras cosas.
La inversión destinada a la construcción de Dos Bocas y para la adquisición de Deer Park, según cifras oficiales aproximadas, sumada a los constantes trabajos de renovación en las otras seis refinerías con las que ya contaba México, es parte de la búsqueda por la soberanía energética, una de las estrategias en las que más ha insistido la administración de Andrés Manuel López Obrador, traducida en una apuesta por la producción de combustibles fósiles.