La reelección del magnate y la victoria republicana en el Senado abren la puerta a una transformación de EE UU que marcará a varias generaciones
En su columna, Pablo Ximénez de Sandoval reflexiona sobre las profundas implicaciones que tendría una hipotética segunda presidencia de Donald Trump en EE. UU. y su estructura democrática. Sandoval recuerda el impacto inicial de la primera victoria de Trump en 2016, una sorpresa que dejó a muchos en incredulidad. En ese entonces, había confianza en que las instituciones estadounidenses resistirían sus embates, y a pesar de los conflictos, la democracia se mantuvo en pie. Sin embargo, Sandoval argumenta que hoy la situación es diferente.
La reelección de Trump y la mayoría republicana en el Senado marcarían un punto de inflexión, ya que los contrapesos institucionales que limitaron su poder han disminuido. El Partido Republicano, transformado en una estructura que sigue ciegamente a Trump, ya no ofrece resistencia interna, mientras que figuras clave en su primer mandato, como Mike Pence y las autoridades electorales, ya no están para frenar sus impulsos. Con el Senado a su favor, Trump podría colocar nuevos magistrados conservadores en la Corte Suprema, asegurando una mayoría que podría desmantelar derechos civiles y limitar la autoridad de las agencias federales durante generaciones. Según Sandoval, esta vez, el país podría no resistir los cambios a largo plazo, afectando valores fundamentales de la identidad estadounidense.