Estar físicamente activo mejora la salud del cerebro, controla el peso, reduce el riesgo de enfermedades, fortalece los huesos y los músculos y mejorar la capacidad para realizar las actividades cotidianas, entre un largo etcétera de beneficios que el ejercicio físico nos brinda.
Actualmente la sociedad avanza más rápido que nunca, y muchas personas afirman no tener tiempo para actividades básicas, como descansar las horas de sueño pertinentes o tener aficiones, y no son capaces de conciliar la vida laboral con un estilo de vida saludable y activo. Es decir, los asuntos importantes de nuestra vida, que son los mencionados anteriormente, quedan sustituidos por el estrés del día a día, las labores que hay que atender… y aquello que nos hace bien no encuentra un ratito en nuestras 24 horas.
Según la OMS, «un adulto entre 18 y 64 años debe acumular a lo largo de la semana un mínimo de entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o bien un mínimo de entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad alta, o bien una combinación equivalente de ambas actividades, con el fin de obtener beneficios notables para la salud». Pese a ello, únicamente un 27,5% de adultos y un 81% de adolescentes cumplen dichas recomendaciones. Es decir, existe un problema en lo que «mover el cuerpo» se refiere.
Diferencia entre actividad física y hacer ejercicio
Y aunque es muy importante reconocer que todo tipo de activación es buena, ahí es dónde encontramos la diferencia entre actividad y ejercicio físico. La actividad se refiere a todas aquellas acciones que pongan nuestro cuerpo a funcionar, de manera que nuestros músculos y articulaciones trabajen de forma natural. Por ello, dentro de la actividad física encontramos tareas como ir caminando al trabajo, cambiar el ascensor por las escaleras, incluso bailar un poco con tu música favorita, básicamente, toda aquella acción que pueda contribuir, aunque sea de forma pequeña, a tu salud en medio y largo plazo.
Por otro lado, «en el ejercicio físico entra en juego la planificación, la intensidad, la repetición y la elección de los ejercicios a realizar, pero te garantiza unos resultados mucho más rápidos y duraderos», explican los expertos de VivaGym Group. El ejercicio físico, al igual que la actividad física, también se presenta en distintas acciones como puedes ser practicar un deporte con tus amigos, salir a correr o acudir a un centro deportivo. En este caso, adentrarse en el mundo del ejercicio físico lleva consigo unos cambios a nivel fisiológico y mental, como dormir mejor, aliviar dolores, resistir mejor a los esfuerzos, tener mayor capacidad de concentración, etc.
La actividad física son todos los movimientos que implican un funcionamiento de los músculos, mientras que el ejercicio son las actividades planeadas y que se organizan de forma repetitiva con el objetivo de conseguir un mejor funcionamiento del organismo. Por ello, la clave del éxito para conseguir una vida saludable se encuentra en combinar la actividad física, esforzándose en cambiar nuestros hábitos por otros más beneficiosos para la salud, y dedicar al menos un par de horas a la semana a realizar ejercicio físico.