España juega un papel crucial como punto de entrada de especies de fauna salvaje procedentes de África y América que se dirigen al resto de Europa y Asia. Entre otras, muchas de estas acaban en una feria en Alemania.
La mayoría que se comercian son de un limitado número de especies, también hay una demanda significativa de las especies raras, particularmente de anfibios y reptiles. Actualmente, solo una pequeña fracción de especies que se comercian están cubiertas por la legislación internacional o europea.
La Unión Europea es el principal centro y destino de la vida salvaje robada de América Latina, África, Oriente Medio, Asia y Oceanía, siendo los réptiles y los anfibios las especies más traficadas.
“México es el segundo país en cuanto diversidad de reptiles, con más cantidad de especies, después de Australia. Tenemos muchísimas especies que se convierten en animales muy deseados para coleccionistas que quieren tener estos reptiles exóticos, difíciles de encontrar y ese es el problema. En Europa tienen dinero y poca regulación”, dice a DW Joaquín de la Torre, director regional de América Latina y El Caribe de International Fund for Animal Welfare (IFAW).
Según el informe ‘El negocio de la extinción en España’ de WWF España, que analiza el comercio y el tráfico de especies en España de 2006 a 2015, el país importó 4,5 millones de especímenes CITES, de los que más de la mitad corresponden a reptiles (2.553.000 unidades) –principalmente pieles–, seguidos por mamíferos, aves, anfibios y peces. En cuanto al tráfico, entre 2005 y 2012 se incautaron más de 14.000 especímenes CITES, principalmente de reptiles, peces y flora. El tráfico más numeroso es el de reptiles siendo el país donde se incauta un mayor número de pieles del mundo, acumulando casi un tercio del total.
“España es la entrada de muchas especies que vienen desde África y desde América para el resto de Europa y Asia”, explica a DW Laura Moreno, responsable de Especies de WWF España. “Muchas especies pasan por aquí y muchas van a una feria que hay en Alemania”, agrega.
Un punto de encuentro clave
Se trata de Terraristika que se organiza trimestralmente en Hamm. “A menudo, los animales se venden en línea y la entrega se realiza en Hamm”, explica a DW Katherina Lameter, coautora del informe ‘Stolen Wildlife’ de la organización Pro Wildlife, apuntando que dicha venta no se lleva a cabo únicamente en la feria. “También se comercializan en los hoteles de Hamm y en los estacionamientos”, agrega.
“Hay algunos controles, pero una feria como Hamm es demasiado grande y hay demasiadas especies diferentes. Las autoridades están completamente sobrecargadas”, considera la representante de la ONG alemana. “Necesitamos con urgencia medidas estrictas y preventivas para frenar la trata”, reclama.