Sin mencionar nombres, afirmó que, debido a la gestión de este tipo de líderes, el Covid-19 tuvo un impacto desastroso en la región: aumentaron el desempleo y la pobreza.
Varios líderes de la región, insistió, minimizaron los riesgos de la pandemia y no sólo tomaron malas decisiones en materia de salud pública, sino sobre economía.
“Reaccionaban jugando a las cartas de la división, la demagogia y el populismo”. Incluso, detuvieron y revirtieron reformas estructurales “adoptadas en el pasado y que “faltarán para favorecer el desarrollo de nuestros países”.
“Contrario a lo que proclaman gobernantes populistas, la causa del pobre desempeño de las economías latinoamericanas en años recientes no se encuentra en las reformas de fines del siglo XX y principios del siglo XXI. En realidad, el problema con nuestros países no es que tuvieran reformas, el problema es que éstas nunca fueron lo suficientemente completas en sus objetivos ni en su ejecución”, aseguró.
Mientras se mantengan ese tipo de estrategias, alertó, es difícil que haya un escenario más favorable.
Para Zedillo, se requieren reformas laborales, económicas y en materia de seguridad social que ayuden a atraer inversiones.
“La estrategia debería contener en su núcleo la provisión de una seguridad social, que incluya la cobertura efectivamente universal de la salud, así como la garantía de acceso a una educación de calidad. Ese sería el instrumento más eficaz para obtener la voluntad y la acción de nuestras poblaciones para la construcción de países con prosperidad económica y verdadera justicia social. Países donde la vigencia de la democracia y el Estado de Derecho nunca estén en duda como desgraciadamente parece ser ahora el caso”, concluyó.