Desde edificios sobre ruedas hasta amortiguadores que transforman la energía sísmica en calor: en la Ciudad de México se encuentran algunos de los edificios más seguros contra terremotos.
Referencias arquitectónicas
Inaugurada en 1956, la Torre Latinoamericana fue una referencia a nivel mundial en materia de arquitectura antisísmica. Gracias a su estructura de acero, el edificio posee una ductilidad natural que le permite resistir deformaciones, sin dañarse. Asimismo, su sistema de cimentación ha servido de ejemplo para muchos edificios construidos en suelo similar en la CDMX.
«La Torre Mayor (2003) fue la primera en Latinoamérica que incorporó amortiguadores de tipo viscoso en un edificio con estructura metálica. Es de las más seguras a nivel internacional, porque el amortiguador sirve como disipador de la energía. Convierte la energía sísmica en calor, así como los amortiguadores de un vehículo», señala Valdez, quien sostiene que durante un terremoto es más seguro estar dentro que afuera del edificio.
En 2015 se inauguró la Torre Bancomer, otro ejemplo novedoso de arquitectura antisísmica. El entrevistado detalla que esta construcción metálica tiene unas estructuras diagonales a cada cuatro niveles, que sirven de soporte lateral. En caso de un gran terremoto, las diagonales absorberían la energía y serían los primeros elementos en dañarse. Más tarde, estos fácilmente podrían ser sustituidos.