La Madre de Todas las Batallas para el PRI Coahuila será la del 2023, en donde estarán en juego la gobernatura y el congreso local. Sin embargo, para ganarle a Morena podría ser indispensable hacer Alianza con el PAN, sus tradicionales rivales en las últimas cuatro décadas. Las negociaciones están abiertas en varios temas, pero el tricolor ya decidió que su candidato será el saltillense Manolo Jiménez Salinas.
No será fácil que se pongan de acuerdo, pero sí será necesario para ambos que logren ir juntos. Los priistas no quieren ceder mucho, desde la soberbia que los caracteriza. Por su parte, los panistas están dispuestos a vender cara su participación en una coalición, desde la lógica de la estrategia. En la actualidad, ya no es un asunto de ideologías, en el priismo y panismo coahuilense predominan los neoliberales y los millonarios.
Entonces, las negociaciones serán más pragmáticas, es decir: número de candidaturas para el congreso, puestos claves en el gabinete estatal y si se puede, de una vez, pactar las presidencias municipales del 2024. Las posiciones respecto a los temas pendientes, en las agendas de los blanquiazules, servirán más como argumentos de negociación que como posicionamientos irreductibles.
Por parte del tricolor, las decisiones para la coalición las tomarán los hombres fuertes del PRI local y nacional: el gobernador, Miguel Ángel Riquelme y Rubén Moreira, presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados y Coordinador del Grupo Parlamentario del PRI y el brazo derecho de Alejandro Moreno.
Del lado de los blanquiazules, el panismo de Torreón y de la Región Centro son los reductos más fuertes; el saltillense, solamente existe en sus menguados padrones. en la actualidad ya no hay liderazgos importantes; en Ramos tampoco, ya únicamente quedaron Ernesto Saro y Mayra Valdés. De esta forma, solamente Memo Anaya, Marcelo Torres Cofiño y Mario Dávila Delgado, tendrían peso en sus opiniones, Jorge Zermeño y Juan Antonio García Villa ya diluyeron sus antiguos poderíos.
Ante los medios, los panistas ponen en la mesa de las negociaciones temas que no quisieron resolver cuando tuvieron la mayoría opositora, en la legislatura local, hace cinco años. Torres Cofiño y García Villa no fueron pieza para el colmillo de los operadores priistas que rápidamente les cancelaron la posibilidad de consolidar un bloque opositor fuerte. Marcelo, se subió al ladrillo y se mareó, y fue directo a una derrota en Torreón el año pasado.
Así, para el PRIAN, es indispensable cerrarle el paso a Morena en Coahuila. Ellos, deben blindarse contra los ajustes de cuentas y la destrucción de los grupos hegemónicos locales del PRI y del PAN.
Sin embargo, la decisión recaerá en los votos de los clasemedieros libres. Los votos acarreables se disputan, desde ya, en cada cuadra en la entidad. Habrá mucho voto de castigo y de “voto por el menos peor”.
¿Pero, cómo surgirán esos votos de los clasemedieros libres? Algunos podrían generarse a partir del repudio a la forma en que el presidente ha gobernado al país en cinco años; por la incompatibilidad de visiones de país; por el deterioro en la calidad de vida y los daños en los bolsillos de los ciudadanos. También, se podría castigar severamente a tricolores, blanquiazules y guindas por la inseguridad, la inflación, el pésimo sistema de salud y la corrupción existente en el presente y en el pasado. Los mexicanos la estamos pasando mal. En Coahuila, la clase media es del 42 por ciento, la baja es de 57 y solamente el 1 es clase alta, según el INEGI 2021.
Será interesante conocer quién cargará con las mayores culpas y castigos por las condiciones de vida de los ciudadanos. ¿Será culpa del presidente o del Prian? Quienes sepan vender mejor esos temas y grabarlos en la mente de los electores, obtendrán ventajas importantes para las elecciones del 2023. El otro objetivo inicial, sería conquistar la percepción ganadora desde el principio y no perderla. No será fácil. Habrá mucho lodo y odio en el ambiente. Veremos.