Dos proyectos europeos investigan cómo frenar la contaminación acústica del sector de la aviación, que altera el sueño y perjudica la salud de quienes viven cerca de los aeropuertos
“Los aviones hacen mucho ruido, especialmente en el despegue, pero también en el aterrizaje”, explica Werner Haase, consultor aeronáutico alemán y experto en aerodinámica, con un doctorado de la Universidad Técnica de Berlín, quien añade: “Estar durmiendo y que un avión pase por encima de tu casa puede llegar a ser muy disruptivo. El impacto social de este tipo de ruidos es muy elevado”. Aunque los aviones sean ahora un 75 % más silenciosos que hace tres décadas y el transporte por carretera produzca una contaminación acústica mucho mayor que la aviación, el incremento del tráfico aéreo ha provocado que mucha gente se vea afectada por el nivel de ruido.
Rediseño de ‘flaps’ y ‘slats’
INVENTOR, un proyecto financiado por la UE, tiene como objetivo lograr que los aterrizajes sean menos molestos para los ciudadanos que viven cerca de los aeropuertos. El proyecto se centra en el tren de aterrizaje y en los flaps y los slats —que se encuentran en la parte delantera y trasera de las alas, respectivamente—. Cuando un avión se aproxima a un aeropuerto, el tren de aterrizaje se extiende y se modifica la posición de flaps y slats para aumentar la sustentación a baja velocidad, según explica el Dr. Eric Manoha, director de la unidad de investigación en aeroacústica computacional del centro francés de investigación aeroespacial ONERA.
“Los aviones siguen una trayectoria de descenso gradual a lo largo de una ruta predeterminada. Esto significa que los aviones sobrevuelan constantemente a baja altura los hogares de un mismo grupo de personas”, indica Manoha, quien dirige el proyecto INVENTOR, iniciado en mayo de 2020 y que se extenderá hasta finales de octubre de 2024. Esta iniciativa, que reúne a los principales fabricantes aeronáuticos de Europa, Airbus y Dassault, así como al fabricante de trenes de aterrizaje Safran Landing Systems, trata de encontrar solución al ruido generado tanto por los flaps y los slats en las alas como por el tren de aterrizaje.
Si bien los motores de los aviones son una de las principales fuentes de ruido durante el despegue, conseguir que flaps, slats y tren de aterrizaje generen menos ruido podrá producir una gran mejora en términos generales durante las aproximaciones y los aterrizajes, cuando los motores son menos ruidosos. «Entre un 30 % y 50 % del ruido causado por los aviones en estas fases del vuelo proviene del fuselaje, no del motor», matiza Manoha.