Elena Garro (1916-1998) fue una escritora muy audaz, con gran voluntad y visión artística, considera el ensayista y editor Geney Beltrán Félix. Hoy se cumple un cuarto de siglo del fallecimiento de la autora, “que asumió su vocación literaria de manera integral, porque ejerció todos los géneros, aunque la conocemos más como dramaturga y novelista”, principalmente por Los recuerdos del porvenir.
Con motivo del aniversario luctuoso, Beltrán Félix apunta en entrevista: “Es sano que ya pasaron las peores tormentas; las nuevas generaciones de lectores no recibieron interpretaciones sesgadas sobre lo que ocurrió en 1968 o el matrimonio con Paz. Podemos hacer justicia leyéndola como una gran escritora; es muy gratificante. Ahí demuestra Garro que venció cualquier obstáculo y entregó verdaderos tesoros a la cultura mexicana”.
Al funeral de Elena Garro, en Cuernavaca, Morelos, apenas asistieron familiares cercanos y algunos funcionarios, entre ellos Rafael Tovar y de Teresa, entonces director del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, quien pronunció: “México ha perdido a la escritora contemporánea más importante del siglo XX”. Ahora, 25 años después sobresale la figura literaria.