Las cosas se complican en Coahuila. El ingreso forzado de Ricardo Mejía Berdeja, a la contienda por la gobernatura, le meterá intensidad a la elección. Sin grandes manifestaciones de apoyo, rompiendo el esquema de AMLO para ejecutar sus dedazos, el lagunero obtiene su boleto de la mano del fantasmal Partido del Trabajo. Atentos, es temporada de ambiciones, elecciones y traiciones.
Con la participación de Mejía, los mensajes y los ataques serán más virulentos entre los contendientes. El tono de la campaña será muy ríspido. López Obrador, su 4T y el Moreirato, como llama el exsubsecretario de seguridad al último tramo de 18 años de gobiernos priistas en la entidad, serán los ejes centrales de los misiles en la campaña. Será una lucha en lodo y en superlibre. Por primera vez, en décadas, la elección coahuilense está en el foco nacional.
Adicionalmente, las versiones de los arreglos cupulares inundan el ambiente, lo cual vuelve más interesante el proceso. Será como seguir las intrigas de un thriller, en donde al final el desenlace podría resultar sorprendente. Habrá que ir desentrañando la trama. Por lo pronto, la alianza tradicional de Morena, la que integra al Partido Verde y al del Trabajo sí se dará en el Estado de México. Los movimientos raros están en Coahuila, con el PT lanzando como candidato a Mejía y al Verde en alianza va con Lenin Pérez y su UDC. Morena y Armando Guadiana irán en solitario.