El estancamiento de Xóchitl Gálvez en la intención de voto y la consolidación de Claudia Sheinbaum para ganar la presidencia han llevado al frente opositor y a sus estrategas a quemar el último cartucho: desacreditar las encuestas. Si las tendencias favorecieran a la candidata de la alianza PAN-PRI-PRD, cantarían victoria; pero como no es así, las refutan. «Claudia Sheinbaum se coloca a la cabeza de las preferencias electorales con el 57%, seguida de Xóchitl Gálvez, de quien se ha distanciado por 26 puntos». Los datos corresponden a la Encuesta de Encuestas de Polls MX posterior al debate del 28 de abril. Con respecto a la primera controversia la candidata de Morena perdió cuatro puntos (61-57) y la del bloque rival retrocedió uno (32-31). El apoyo hacia Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, aumentó del cuatro al 10%, según la misma fuente.
En el cara a cara del 18 de abril Gálvez salió mejor librada, pero aun así no logró acortar distancias. Difícilmente el escenario cambiará el domingo próximo con todo y la marcha rosa. Con las elecciones en puertas será arduo remontar la desventaja. La oposición, para despistar, se adelanta y declara ganadora a su candidata. En la misma línea, Grupo Reforma modificó el enfoque de la encuesta sobre el segundo debate. Ya no preguntó a sus columnistas quién ganó (Sheinbaum venció en el primero), sino quién había mejorado. La mayoría se inclinó esta vez por la abanderada del PAN-PRI-PRD.
Bajo el criterio de que los debates se ganan o se pierden, como escribe Jorge Castañeda, cuya favorita es Gálvez, El País consultó a ocho de sus analistas sobre el resultado. Gabriela Warkentin, Salvador Camarena y Antonio Ortuño votaron por Gálvez, pero con matices. Yásnaya E. Aguilar, Viri Ríos y Vanessa se decantaron por Sheinbaum de manera clara. Javier Garza y Javier Risco fueron neutrales. El primero destacó el desempeño de Máynez; y el segundo le concedió el laurel a la candidata del PAN-PRI-PRD… «en estridencia».
Warkentin resume: «Gálvez lo hizo mejor, pero es una ganadora tímida». Claudia triunfó «sin necesidad de debatir siquiera la presentación de sus propuestas», dice Yásana Aguilar. Viri Ríos también se inclina por la candidata de Morena y exjefa de Gobierno de Ciudad de México, pero a la representante del PRIAN (no la cita así) le otorga «una mención honorífica». Javier Garza pone de relieve el papel de Máynez: «fue el único que habló de los elefantes en la sala». El riesgo de Gálvez era terminar fuera de la competencia, pero «no fue así», apunta Salvador Camarena. «Me parece que el debate lo ganó Gálvez. Tenía que ser más agresiva, y lo fue», dictamina Antonio Ortuño.
Vanessa Romero, más incisiva, reconoce una mejoría en Gálvez. «Desplegó cualidades que despiertan el entusiasmo de sus seguidores: chispa y naturalidad. Sin embargo, la nueva (vieja) Xóchitl desperdició la posibilidad de mostrarse mejor que su rival y entregar propuestas acabadas. Cero y van dos: el trofeo se lo lleva Sheinbaum. La estridencia la ganó la candidata Xóchitl Gálvez al saltarse las normas (…), con respecto al debate anterior mejoró (…). Le quedan 35 días y un debate para subir a la montaña de dos dígitos de diferencia que parece imposible. (…) Sheinbaum solo tenía que aguantar, ahora le costó más trabajo, ninguna de las acusaciones que hizo contra Xóchitl tuvo impacto, pero tampoco ninguna de las que le hicieron a ella significará algún cambio en la tendencia de esta elección» (El País, 28.04.24).