Claudia Sheinbaum recibirá un país distinto al gobernado por la mayoría de quienes la precedieron en el cargo después del periodo 1958-1970, conocido como desarrollo estabilizador o «milagro mexicano». Desde Luis Echeverría hasta Ernesto Zedillo, los presidentes enfrentaron crisis económicas (inflación, devaluación), políticas (protestas por fraudes electorales) y sociales (neozapatismo). Con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, la violencia y la corrupción se exacerbaron. Andrés Manuel López Obrador prometió solucionar ambos fenómenos, pero al final de su sexenio los avances son insuficientes. La tasa de homicidios bajó en promedio 6.6% en los tres últimos años, y en el segundo trimestre del actual la percepción de inseguridad descendió al 59.4%, uno de los niveles históricos más bajos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
AMLO calificó en su discurso inaugural de «vergonzosa» la posición del país en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional (TI). México ocupaba en ese momento el lugar 138 de 180 y su calificación era de 28 puntos sobre 100. En 2020 avanzó al sitio 126, donde se ha mantenido desde entonces, con una puntuación de 31 unidades, una mejoría de apenas tres puntos. TI observa que en México, Brasil y Honduras la independencia del poder judicial es socavada por «la destitución de jueces y fiscales sin mérito por parte de otras ramas del Estado, a menudo mediante procesos opacos y, en algunos casos, ilegales».
Tal condición «fomenta la injusticia y un sistema en el que la ley se aplica de acuerdo con los intereses del Gobierno y las élites gobernantes. También garantiza la impunidad de los corruptos y obstaculiza la recuperación de activos robados», apunta el organismo. La presidenta electa Claudia Sheinbaum anunció que, para cortar las cabezas de la hidra, instituirá la Agencia Nacional Anticorrupción (ANA). El sistema creado por Peña Nieto en 2016 —y en Coahuila por Rubén Moreira—, con el mismo propósito, devino en pantomima. La deuda estatal desviada al bolsillo de funcionarios y diputados, y para financiar campañas políticas, confirma la tesis de TI.
La agencia propuesta por Sheinbaum «puede ser parte de una exitosa estrategia de comunicación», pero su efectividad depende de varias condiciones, advierte Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Una de las principales consiste en no subordinarse al poder político. «Una agencia es autónoma e independiente cuando es capaz de elegir a su propio personal y tiene injerencia para decidir a la cabeza de la organización; cuenta con margen de libertad en la asignación de recursos presupuestarios, y es capaz de elegir sus objetivos y metas, así como los casos que serán investigados».
López Obrador no heredará a Sheinbaum casos como la Estafa Maestra, que esfumó 7 mil 670 millones de pesos a través de 128 empresas fantasma. El fraude involucró a Pemex, seis secretarías de estado y ocho universidades públicas. Sin embargo, en monto (9 mil 500 millones de pesos), existe uno mayor: el de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex). «Es la mancha que me llevo», declaró AMLO el 26 de julio en rueda de prensa. La mayor parte del dinero se recuperó —dijo—, «los responsables están en la cárcel y no hay impunidad para nadie». La mayoría aprueba al presidente por los programas sociales (64/15%), pero en combate a la corrupción las opiniones se dividen (34/36%), de acuerdo con evaluación de Reforma correspondiente a agosto.