Astrónomos descubren el agujero negro más grande conocido, cuyos chorros abarcan 23 millones de años luz. Porfirión, nombrado en honor al gigante mitológico griego, emite los chorros más extensos jamás observados, alcanzando una magnitud impresionante en el cosmos.
Un equipo internacional de astrónomos, encabezado por la peruana Gabriela Calistro Rivera, ha anunciado el descubrimiento de Porfirión, un agujero negro supermasivo que ha dejado asombrada a la comunidad científica. Este gigante cósmico, desconocido hasta ahora, emite dos enormes chorros de energía en direcciones opuestas que abarcan 23 millones de años luz, lo que equivale a colocar en fila 140 galaxias como la Vía Láctea.
Este descubrimiento, publicado en la revista Nature, establece un nuevo récord en el estudio de los agujeros negros. «Las dimensiones son gigantes», afirma sorprendida Calistro, quien actualmente trabaja en la Agencia Espacial Alemana. Los chorros de Porfirión contienen una energía comparable a la producida por billones de estrellas como el Sol, o al colosal choque de dos cúmulos de galaxias.
Porfirión se formó hace aproximadamente 6,300 millones de años, cuando el universo tenía la mitad de su edad actual, y su hallazgo marca un avance clave en la comprensión de los fenómenos más extremos del cosmos.