El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, suspendió sus funciones públicas. Dijo que una investigación sobre el presunto tráfico de influencias por parte de su esposa tenía motivaciones políticas.
El primer ministro de España, Pedro Sánchez, dijo el miércoles por la noche que estaba considerando renunciar después de que un juez abrió una investigación sobre si la esposa de Sánchez había abusado de su cargo para ayudar a amigos a obtener contratos públicos.
El acontecimiento sorprendió a España y puso en duda el futuro político de quizás el líder progresista más prominente de Europa sólo unos meses después de que desafiara las expectativas generalizadas al formar una coalición fragmentada y asegurarse un segundo mandato en el poder.
“Necesito detenerme y pensar”, escribió Sánchez en una larga carta publicada en su cuenta X de la red social el miércoles por la noche. Canceló todos los compromisos políticos hasta el lunes para decidir.
Recientemente, Sánchez pareció superar otro obstáculo importante al asegurar que el movimiento independiente catalán apoyaría su coalición, lo que hizo que su segundo mandato en el gobierno pareciera sólido.
Pero todo eso cambió el miércoles por la mañana, cuando un juez respondió a una denuncia formal presentada por el grupo de extrema derecha, Manos Limpias, y ordenó una investigación sobre las pruebas contra la esposa del primer ministro, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias. No hubo más detalles disponibles de inmediato.