El Madrid Mutua Open de tenis se ha convertido en foco de controversia tras ser acusado de sexismo y desigualdad en el tratamiento de los jugadores. Las propias tenistas han puesto el grito en el cielo.
Una forma de violencia machista
La secretaria de Estado de Igualdad de España, Soledad Murillo, ha criticado a los directores del torneo diciendo que la introducción de modelos «contribuye a fomentar una clara discriminación hacia las mujeres, que aparecen como simples objetos de decoración y diversión».
Una portavoz de la Asociación Española de Mujeres en el Deporte Profesional, Pilar Calvino, dijo sobre el código de vestimenta: «En el fondo, es una forma de violencia machista que está tan extendida que la gente ni siquiera se da cuenta».
Tras las violentas reacciones, las modelos recogepelotas cambiaron sus atuendos para la final masculina entre el español Carlos Alcaraz y el alemán Jan-Lennard Struff por prendas que cubrían más su anatomía.
Un precedente peligroso
«Nunca en mi vida escuché que no íbamos a poder hablar», dijo Pegula en su conferencia de prensa antes del torneo de Roma de esta semana. Por su parte, Coco Gauff, número 5 del mundo, expresó su frustración por el hecho de que los organizadores del torneo silenciaran a las jugadoras. Para Gauff, el incidente sienta un precedente peligroso para el futuro.
Se entiende que los representantes de la WTA fueron informados de la decisión de negar a las jugadoras tomar el micrófono cuando se estaba disputando la final de dobles, sin dar margen de reacción. Mientras, los finalistas de los torneos de dobles masculinos y de individuales tuvieron la oportunidad de hablar después de sus respectivos partidos.
La organización del torneo no ha dado ninguna explicación de por qué las cuatro jugadoras fueron silenciadas, pero estos eventos fueron precedidos por graves acusaciones de sexismo y desigualdad de género.