Cada vez más expertos son los que afirman que se necesitan crear plantas resistentes al clima para alimentar a la población mundial. ¿Dónde encajan la edición genética y la inteligencia artificial en esta ecuación?
Producir lo necesario para comer supone una enorme carga para el medio ambiente. Al mismo tiempo, las malas cosechas, causados por tormentas extremas, sequías y olas de calor amenazan la seguridad alimentaria de una población mundial en aumento.
«Hay una brecha del 50% entre los alimentos que se producen hoy y los que necesitaremos en 2050», afirmó Janet Ranganathan, experta en nutrición del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
Una forma de hacer frente a este desafío es utilizar la inteligencia artificial (IA).
Cómo puede ayudar la inteligencia artificial
Mediante el uso de inteligencia artificial, los algoritmos de la start-up Phytofrom tratan de identificar oportunidades de optimizar los genes.
«Puede empezar a detectar partes que se repiten y, por tanto, a deducir su significado», explica su director general, William Pelton. «Puede entender el ADN, y sugerir cambios que podrían afectar su resultado».
Phytoform trabaja actualmente en una patata que no se vuelve marrón al magullarla, y en altramuces, muy ricos en proteínas y nutrientes, y que podrían utilizarse para producir carne de origen vegetal.