El peor PRI de su historia, está enfrentando la Madre de Todas las Batallas, en el Estado de México, ante un adversario que lo supera en poderío. La dirigencia del tricolor parece haber claudicado. Delfina Gómez y Morena, se perciben más fuertes cada día. En contraste, la esforzada Alejandra del Moral se ve más débil. La cúpula priista parece resignada a la derrota; o interesada en ella, dicen los mal pensados.
En días pasados, se registró la presencia de las asociaciones de la sociedad civil que impulsaron las marchas en defensa del Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Electoral en eventos mexiquenses. Sin embargo, fueron simbólicas solamente.
La candidata aliancista requiere una fuerte presencia mediática, en redes y en cruceros, de parte de ciudadanos preocupados por la democracia. Es indispensable que genere entusiasmo por su aspiración. Si se pierde el Estado de México, será mucho más difícil sacar a Andrés Manuel López Obrador del palacio Nacional, opinan los expertos. Por su parte, Morena confía en su voto duro y en los beneficiarios de los programas federales, para ser acarreados a las urnas, como la base para sus planes de victorias en el 2023 y el 2024.
El PRI está al borde de la extinción. Aun ganando, la alianza, PRI-PAN-PRD en Coahuila, el tamaño del electorado no es algo relevante. Además, a la alianza solamente le alcanzará para ganar con el 40 por ciento de los votantes. Un 50 por ciento o más votarían en su contra, pero quedarían divididos entre Morena, el Partido del Trabajo y el Verde-UDC. Veremos.