La investigación analizó el impacto de la adversidad experimentada por las mujeres que, en algunos casos, ocurrió incluso antes de que su hijo fuera concebido.
Cuando se trata de la salud del microbioma, muchas personas se centran en los alimentos que ayudarán a prosperar a los billones de bacterias buenas en sus intestinos. Pero se sabe menos sobre cómo otros factores como el estrés y el trauma influyen en nuestra salud intestinal.
Un provocativo estudio sugiere que el estrés de una madre puede dejar una cicatriz duradera en las generaciones futuras al afectar la composición del microbioma intestinal de su hijo.
El microbioma intestinal, una comunidad única de microorganismos, que incluye bacterias, parásitos y virus que coexisten en el tracto intestinal, está ganando más atención por su papel fundamental en la salud física y mental. El microbioma de cada persona es único y está influenciado por lo que comemos, así como por nuestros comportamientos y nuestro entorno.
Los hallazgos, aunque modestos, se suman a un creciente cuerpo de investigación en el incipiente campo de la psiquiatría nutricional y podrían atraer nueva atención a la conexión cerebro-intestino, particularmente después de un trauma y una adversidad. Investigaciones anteriores han establecido la importancia de los microbios intestinales que pueden influir en una variedad de afecciones, incluidas la depresión, la ansiedad y las enfermedades cardíacas.