La elección del gobernador de Hidalgo se vive en Coahuila como propia. No es para menos. Mientras la megadeuda, las empresas fantasma y otros atropellos de los Moreira y sus secuaces permanezcan impunes, en los tribunales y en las urnas, se buscará justicia a 850 kilómetros, distancia entre Pachuca y Saltillo. No es lo mismo ser pareja imperial en un estado donde el abuso de poder y la abyección se aplauden, que tratar de entronizarse en la entidad cuyo nombre remite al libertador de México. Rubén Moreira no gana una elección desde que dirige el PRI; Alejandro Moreno es un monigote. Le encomendaron Campeche, tierra de Alito, y perdió. El año pasado quiso recuperar Nuevo León, y la ola naranja de Movimiento Ciudadano, encabezada por un novato (Samuel García), lo sepultó.
El caso de Hidalgo es diferente. Perder la elección será una afrenta personal porque la candidata de «Va por México», Carolina Viggiano, es esposa de Moreira II. Desquiciado por la derrota inminente, el megalómano echa espumarajos por la boca y reclama justicia para los maestros del país cuando en Coahuila dejó en ruinas el sistema de pensiones y le quitó el pellejo a los servicios de salud del magisterio. El clan impone su voluntad en Coahuila, pero Hidalgo se cuece aparte. El gobernador priista Omar Fayad lidera la oposición al tándem Moreira-Viggiano.
Julio Menchaca, candidato de Morena-PT, aventaja a Viggiano (PAN-PRI- PRD) por más de 26 puntos, de acuerdo con una encuesta de Massive Caller del 17 de mayo. La intención de voto por Francisco Berganza (PAN) es del 5.5% y por José Luis Lima (PVEM) solo votaría el 2.1%. La elección hidalguense está resuelta. Morena también tiene como en la bolsa las gubernaturas de Oaxaca, Tamaulipas y Quinta Roo. Durango está en el aire y en Aguascalientes Tere Jiménez (PAN-PRI-PRD) se perfila como ganadora.
Doctorado en guerra sucia, Moreira la padece ahora en carne propia. «Lo que pasa en Coahuila se queda en Coahuila», pero en Hidalgo nadie se queda con nada en el cuerpo. En las redes sociales circula profusamente un video de «Tiempo noticias México» dedicado a la pareja:
«La fortuna inmobiliaria de Carolina Viggiano es más grande de lo que imaginábamos. La candidata del PRI ganaba un sueldo como diputada federal de 75 mil pesos, sin embargo, su colección de 19 casas excede por mucho estos ingresos declarados. Doce casas en Tepehuacán de Guerrero; dos en Privada Real del Sur de 5 millones de pesos; una en Arboledas de Santa Elena de 7.5 millones de pesos; dos en el Club de Golf, de más de 45 millones de pesos; una casona en Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México de más de 85 millones de pesos; una mansión en San Antonio, Texas, de alrededor de 60 millones de pesos.
»Carolina mintió en sus declaraciones patrimoniales donde no declaró estas propiedades, pero los documentos de compra lo confirman. ¿De dónde obtiene Carolina Viggiano cientos de millones de pesos para coleccionar mansiones? Esta investigación apunta a un fraude millonario cometido en Panamá a través de la empresa Moreira Inc., propiedad de su esposo Rubén Moreira. Moreira Inc. es una empresa fantasma constituida en Panamá con el propósito de concentrar y lavar dinero, incrementar la riqueza y evadir impuestos como tantas otras que fueron reveladas en el escándalo internacional de los Panamá Papers. Así, con empresas turbias, desvío de recursos, riquezas inexplicables y mintiendo en sus declaraciones, Carolina Viggiano, la cacique inmobiliaria de Hidalgo, pretende ganarse la confianza del pueblo. No más mentiras Carolina».
La suerte está echada. El tándem Moreira-Viggiano pagará en Hidalgo parte del daño causado en Coahuila. Por algo se empieza.