La resaca poselectoral despertó a Alejandro Moreno de su sueño presidencialista y lo puso en la picota. Alito tiene los días contados en el CEN por el fracaso en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Los dinosaurios dieron un coletazo para exigir la renuncia de quienes causaron la derrota del 5 de junio (Moreno y Rubén Moreira en primer lugar) antes de que terminen de hundir por completo el barco carcomido por la corrupción. Alito está en riesgo de perder no solo la presidencia de su partido, sino también la libertad. La Fiscalía General de la República y la de Campeche lo investigan por irregularidades en su gestión como gobernador y líder priista. Moreno se echó la soga al cuello. Los audios difundidos por su sucesora Layda Sansores (Morena), en el programa «Martes del Jaguar», lo inculpan de cabo a cabo.
Mientras siete expresidentes del CEN —entre ellos tres mujeres— sentaban a Moreno en el banquillo el 14 de junio, agentes estatales cateaban su residencia en Villahermosa. La situación del político que aconseja «matar de hambre a los periodistas», de acuerdo con una de las filtraciones, es insostenible. Los escándalos del jerarca tricolor ponen en duda la viabilidad del frente «Va por México» y su composición actual. El exlíder del PAN, Gustavo Madero, propone revisar la estrategia de alianzas electorales y buscar nuevos aliados.
El senador chihuahuense propone revisar «cuáles son las sumas que suman y cuáles las sumas que restan», cancelar la alianza con el partido de Alejandro Moreno y volver a tender puentes con Dante Delgado. Sopesar, su suma, «si es mejor la opción PAN-MC que (la de) PAN-PRI». La coalición «Por México al Frente» (PAN-MC-PRD) fue la segunda más votada en las presidenciales de 2018. Obtuvo 12.6 millones de papeletas contra 30.1 millones de «Juntos Haremos Historia» (Morena-PT-PES). Por el bloque «Todos por México» (PRI-Verde-Panal) solo votaron 9.2 millones de electores.
Gustavo Madero sabe de derrotas y de la importancia de las alianzas. Como líder del PAN perdió la presidencia de la República en 2012 con el PRI y su partido cayó al tercer lugar. El Movimiento Progresista (PRD-PT-MC) lo superó por tres millones de votos. Acerca de la sociedad con el PRI en «Va por México», Madero difiere de los triunfalistas que ven en el fracaso del 5 de junio la «clave» para vencer a Morena en la sucesión de 2024. «Numéricamente no te da. (…) Yo quisiera que se analizara con apertura porque estamos viendo una descomposición, una pérdida de referente. ¿Qué atributos te trae uno u otro (PRI o MC)? ¿Qué montos de voto aporta uno y otro? Esa es la reflexión que se debe hacer con total desapego y libertad» (Reforma, 11.06.22).
Por historia y como segunda fuerza electoral del país (después de Morena, tiene más gobernadores, diputados y senadores), el partido fundado por Gómez Morín está obligado a corregir errores y replantear prioridades. La alianza con el PRI, su rival por antonomasia, confunde y divide a sus militantes, cuadros y simpatizantes. El sentimiento lo refleja Damián Zepeda, senador y predecesor de Ricardo Anaya en la presidencia de Acción Nacional: «El PAN se ha basado en luchar contra el sistema que ha implementado y aún implementa el PRI. No se nos puede olvidar el uso político de la justicia, como maniobraron hace dos años para atacar a nuestro candidato [con relación a la investigación abierta por la entonces PGR en contra de Ricardo Anaya en plena campaña], la encarcelación de opositores en Hidalgo. No puedes ir de la mano con quien te ha atacado toda la vida» (El País, 09.12.20).