Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Hypertension’ apunta que el consumo de alcohol perjudica por mínimo que sea.
El consumo de alcohol ha demostrado ser perjudicial para la gran mayoría de la población, con algunas puntuales excepciones: en algunos casos muy específicos, y en dosis muy específicas, podría haber beneficios. Sin embargo, dados sus amplios y conocidos perjuicios, siempre será mejor evitarlo o consumir la mínima dosis posible. Incluso en personas sanas, el alcohol causa perjuicios.
Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la revista Hypertension, de la American Heart Association: incluso en adultos sin hipertensión previa, consumir alcohol empeora la tensión, y dicho empeoramiento aumenta con el paso de los años y la cantidad de bebidas alcohólicas consumidas.
El estudio, llevado a cabo por Marco Vinceti, MDM, Ph.D., profesor de epidemiología y salud pública en la Facultad de Medicina de la Universidad de Modena y la Universidad Reggio Emilia de Italia, y profesor adjunto en el departamento de epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston, junto a sus colegas, consistió en un análisis de siete estudios de investigación a nivel internacional.
Sería el primer análisis que confirma que existe un aumento continuo de la tensión arterial tanto a consumos bajos como a consumos altos de alcohol. De hecho, los investigadores se sorprendieron al ver aumentos de tensión incluso a dosis bajas de alcohol; niveles de tensión arterial suficientes para aumentar el riesgo cardiovascular.
Según los datos del estudio:
– La presión arterial sistólica (o «tensión alta») aumentó 1.25 mmHg en las personas que consumían al menos 12 gramos de alcohol diarios, y hasta 4.9 mmHg en los que consumían 48 gramos de alcohol diarios
– La presión arterial diastólica (o «tensión baja») aumentó 1.14 mmHg en las personas que consumían al menos 12 gramos de alcohol diarios, y hasta 3.1 mmHg en los que consumían 48 gramos de alcohol diarios. Esta asociación se observó en hombres, pero no en mujeres.