El titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano (Sedatu) dice que más de la mitad de los Estados en México no cuenta con proyectos para mejorar el tránsito
Peatones, mujeres y personas discapacitadas primero
Históricamente, los modelos de movilidad en México siempre habían estado enfocados a mejorar la movilidad de los usuarios de transporte público y automóvil, un enfoque que deja fuera a buena parte de la población que requiere de transitar por las calles. Ya sea para ir a estudiar, llevar a los niños a sus escuelas, trasladarse al trabajo o simplemente de paseo.
En ese sentido, asegurar que los traslados de los grupos más vulnerables es uno de los focos que más atención han llamado de esta nueva ley nacional. Por un lado, aunque las mujeres hacen más de 800.000 viajes diarios tan solo en Ciudad de México, más de la mitad lo hacen a pie y menos del 20% prefiere otro medio de transporte como bicicleta o incluso en automóvil.
Ante un trayecto corto, las mujeres prefieren caminar, sobre todo si es de día, para evitar situaciones de acoso o de plano, dejar de lado sus actividades. Según el Instituto Nacional de las Mujeres en el país, el 76% de las usuarias de transporte han vivido situaciones de acoso o violencia, mientras que el 40% se ha sentido el peligro cuando camina por la calle.
Para el arquitecto Meyer, una de las claves para superar estas violencias y empezar a incluir a las mujeres, a personas discapacitadas y a otros grupos vulnerables, empieza con la infraestructura. “Poder asegurar que las paradas del transporte público hacia donde la gente cruza la calle estén bien iluminados, con señalización, reductores de velocidad, etcétera”, detalla.
Para grandes metrópolis como CDMX, Guadalajara o Monterrey, existen normativas que regulan el tránsito de los vehículos y el transporte público, pero en ciudades menores no existe, en el mayor de los casos, ni un reglamento. De los 32 Estados de México, solo 19 cuentan con alguna ley de movilidad y solo cuatro han manifestado esfuerzos por acoplarse con la nueva ley.
Román Meyer Falcón
Para que esto suceda, el 75% de los municipios que no han actualizado sus planes de desarrollo urbano deben de ponerse al corriente para poder realizar las construcciones pertinentes o las prohibiciones necesarias para mejorar el flujo de personas.
Adicionalmente, para que la recién aprobada Ley de Movilidad pueda tener efectos positivos en la sociedad, se propone que los tres niveles de Gobierno creen presupuestos específicos para movilidad y transporte público. La Sedatu hasta el momento ha organizado dos foros regionales en el noroeste y suroeste del país para tratar de coordinar esfuerzos con las autoridades locales.
Al exterior de la Sedatu hay múltiples opciones para moverse: pasos peatonales, bicicleta pública y estaciones de Metrobús, pero es solo el retrato de una ciudad con alta densidad de infraestructura. Meyer reconoce que para que todos tengan mejores condiciones de movilidad, las opciones tienen que llegar a más ciudades. “Todos nos movemos: en transporte público, caminando o como sea, por eso queremos con esta Ley que sea la forma más segura para nosotros, para nuestras familias, para nuestros hijos y que se pueda hacer de forma eficiente y sin perder tiempo y de modo sustentable”, reflexiona, mientras abajo, cientos de personas buscan el modo más sencillo de regresar a sus casas tras una jornada de trabajo.