La Neue Galerie de Nueva York presenta la primera exposición dedicada a los paisajes de Egon Schiele, el célebre pintor expresionista austriaco, conocido principalmente por sus provocativos dibujos de desnudos y semidesnudos. La muestra, titulada Egon Schiele: Paisajes vivos, reúne cerca de 60 obras que destacan un aspecto menos explorado de su carrera. A través de estos paisajes, Schiele ofrece una visión más introspectiva, en contraste con las intensas figuras humanas por las que es reconocido mundialmente.
En la exposición, se pueden ver escenas de la naturaleza y vistas aéreas de pueblos austriacos vacíos, donde Schiele, en su búsqueda de un refugio frente a la vida urbana, reconstruye un mundo en descomposición. La simplicidad de sus paisajes, representados con líneas horizontales que separan el cielo, la tierra y el río Danubio, transmite una sensación de solidez inquebrantable, casi monumental, como si la naturaleza fuera una respuesta al caos de su entorno.
Egon Schiele nació en 1890 en Tulln, Austria, y su vida estuvo marcada por dificultades personales, como la muerte de su padre a los 14 años. A lo largo de su carrera, Schiele nunca se sintió cómodo en la vida citadina de Viena. En sus paisajes, parece buscar un contraste con la desolación y agitación de la sociedad austriaca de su tiempo, capturando el espíritu de un imperio que se desvanecía. Su prematura muerte a los 28 años, por la pandemia de gripe de 1918, convirtió su imagen en un símbolo de la intensamente breve pero poderosa explosión artística de la Viena de principios del siglo XX.