La baja más pronunciada se registró en Coahuila, con una baja de 1.97% respecto al último trimestre del 2023
Durante el primer trimestre del año, 12 de las 32 entidades del país presentaron una caída de su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal.
Al inicio del año en curso, las economías estatales pertenecientes a las regiones del Bajío y de la frontera norte, que son las más propensas al efecto del nearshoring por su estructura económica y su dinamismo en años recientes, se contrajeron.
La debilidad manufacturera en Estados Unidos y la fortaleza del peso frente al dólar, del lado de las exportaciones, jugaron en contra en estas zonas del país, sumándose la pérdida de poder adquisitivo debido a la elevada inflación y la alta tasa de interés.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 12 de las 32 entidades del país presentaron una caída trimestral de su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) durante los primeros tres meses del 2024.
La baja más pronunciada se registró en Coahuila, con una baja de 1.97% respecto al último trimestre del 2023, que derivó principalmente de desplomes en construcción, manufactura y comercio.
La segunda mayor contracción se dio en Tlaxcala (1.45%), por la merma en actividades terciarias, que son las que definen el comportamiento del consumo privado; el podio lo completó Jalisco (1.35%), la cuarta economía más grande de México, cuyo descenso fue provocado por la debilidad en manufactura y construcción.
Las otras caídas trimestrales del ITAEE se observaron en Baja California, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Chiapas, Nuevo León, Sonora y Yucatán.
En el caso de las entidades fronterizas y del Bajío, la disminución de su actividad económica fue por la baja trimestral de 0.31% de la manufactura de Estados Unidos en el periodo de análisis, siendo el principal demandante fabril de los estados mexicanos.
A esto se suma que la apreciación del peso frente al dólar, de 8.92%, situación que impacta en las exportaciones nacionales. Si bien estos elementos afectan con mayor fuerza a las entidades del norte del país, también perturban a las del Bajío por su vocación fabril y exportadora.