El gobernador de Texas, Gregg Abbott, impide el paso a la Patrulla Fronteriza a un parque de esta pequeña localidad, en un desafío al Gobierno federal
Alambradas de espino y un muro de contenedores cierran el acceso al río. Las entradas desde la calle se encuentran valladas y bloqueadas por vehículos militares. Los soldados de la Guardia Nacional, armados con metralletas, controlan el acceso, y la única rampa para lanchas y kayaks hacia el río. Los residentes no pueden acceder; y por orden del gobernador tejano, el republicano Gregg Abbott, tampoco pueden hacerlo ya los agentes de la Patrulla Fronteriza, que hasta el mes pasado emplearon esos terrenos como punto para tramitar las llegadas de los inmigrantes que cruzaban el río. Esa decisión ha cancelado la colaboración entre ambos cuerpos que había sido habitual.