Suecia ha tenido este miércoles la primera jefa de Gobierno de su historia. Solo duró unas horas. Las que pasaron entre su nombramiento y dimisión. El Parlamento sueco eligió por la mañana a la socialdemócrata Magdalena Andersson para encabezar un Gobierno de coalición, entre su formación, los Verdes y los excomunistas del Partido de la Izquierda. Por la tarde, esta economista de 54 años renunciaba al puesto. La razón: no consiguió aprobar su propuesta de presupuestos.
Ante ese fracaso, Andersson ha decidido dejar el puesto con la intención de buscar una nueva mayoría.
“Según la práctica constitucional, un gobierno de coalición debe renunciar si un partido se va”, explicó la socialdemócrata en una rueda de prensa posterior a su abandono. También incidió en que ella no quería encabezar un Ejecutivo que naciera cuestionado.