La agenda legislativa de la presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta obstáculos significativos en el Congreso mexicano, donde sus propuestas de reforma en materia de seguridad y desaparición forzada se encuentran estancadas. A medida que se acerca el cierre del periodo ordinario de sesiones, la falta de acuerdos y la resistencia de los legisladores complican la aprobación de estas iniciativas prioritarias.
La presidenta ha intensificado su presión mediante declaraciones públicas, insinuando la posibilidad de un periodo extraordinario de sesiones. Sin embargo, persisten las discrepancias entre el Ejecutivo y el Legislativo, especialmente en lo que respecta a la reforma de seguridad. Los cambios propuestos, que buscan fortalecer las facultades de la Secretaría de Seguridad Pública y crear un registro nacional de usuarios de telefonía móvil, han generado controversia y resistencia entre los legisladores.
En cuanto a la reforma en materia de desaparición forzada, la exclusión de las familias de desaparecidos en la propuesta inicial provocó fuertes críticas y protestas. Ante la presión, la presidenta ha optado por pausar la iniciativa y abrir un espacio de diálogo con las organizaciones de buscadores de desaparecidos, en un intento por incorporar sus demandas y lograr un consenso.
La aparente falta de voluntad de los legisladores para convocar a un periodo extraordinario ha tensado la relación entre la presidenta y los líderes de Morena en el Congreso. La aprobación de estas reformas, consideradas clave para la consolidación de la estrategia de seguridad de Sheinbaum, se encuentra en un limbo, con la posibilidad de postergarse hasta el próximo periodo ordinario de sesiones en septiembre.
La situación pone de manifiesto las dificultades que enfrenta la presidenta para impulsar su agenda legislativa, incluso con una mayoría oficialista en el Congreso. La falta de acuerdos y la resistencia de los legisladores plantean un desafío para la gobernabilidad y la implementación de las políticas de seguridad de Sheinbaum.