Memo Anaya está en campaña en Coahuila y busca reposicionarse. Él buscará ser competitivo en las encuestas, rumbo a la toma de decisiones acerca del candidato de la Alianza PRI-PAN-PRD para Coahuila. Si no logra estar mejor colocado que Manolo Jiménez, quedaría apuntado para intentar ser líder del congreso o secretario de gobierno de un potencial régimen de coalición en el 2023; o, también como aspirante plurinominal para una diputación federal o el senado en el 2024. Incluso, podría intentar regresar a la presidencia municipal de Torreón. Todo cabría en una canasta política tan agitada como la actual.
El destino del PRI y el PAN de Coahuila parece estar ligado, irremediablemente, en el futuro cercano. Lo mismo pasará para las elecciones para gobernador y las diputaciones locales del próximo año, que para las del 2024 con la presidencia de la república, el poder legislativo federal y las alcaldías coahuilenses en juego. Morena va en ascenso, mientras que el PRI va en picada en el país.
Los dos millones de electores coahuilenses poco significarán ante los 90 millones de la lista nominal nacional. Sin embargo, en una elección cerrada, podrían convertirse en oro molido. El último bastión tricolor podría ser compartido con el PAN próximamente. Muy lejos quedarían aquellos tiempos de los legendarios carros completos. Interesantes escenarios.