En la mañanera presidencial del viernes pasado, un reportero le preguntó lo siguiente al secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández: “El destape rumbo al 24 pues se dio tres años adelantado, nunca antes visto en la historia democrática de este país. ¿Usted quiere ser candidato? ¿Le gustaría aparecer en la boleta del 24?”.
A lo que él respondió: “Mira, yo no sudo calenturas ajenas. Ya les comenté ayer que, pues, yo tengo un compromiso con el señor presidente, que me invitó a acompañarlo en esta tarea, con todo lo que representa el señor presidente, con un movimiento de transformación del país y en eso enfocamos nuestros esfuerzos”.
La respuesta del paisano del presidente Andrés Manuel López Obrador fue similar a la que durante los años del dominio político del PRI dieron todos los miembros de algún gabinete presidencial al ser cuestionados sobre sus aspiraciones políticas.
Respuestas como: “Por el momento estoy concentrado en las tareas que me ha encomendado el señor presidente” o “No pienso en eso porque lo único que me importan son mis actuales responsabilidades” o “Yo solo me dedico a cumplirle al señor presidente, no me ocupo de otras cosas” o “Lo único que quiero es ser un buen secretario de Estado y cumplirle al señor presidente”, y así por el estilo.
Y es natural que esa haya sido la respuesta de López Hernández y no porque no tenga aspiraciones presidenciales, pues cualquier político que llega hasta donde él ha llegado las tiene, sino porque seguramente sabe muy bien que ni él ni los que ya buscan activamente la candidatura (Ebrard, Monreal y Sheinbaum) serán quienes decidan el asunto.
La decisión la tomará AMLO, y nadie más, y se reflejará en una encuesta amañada, como las que siempre ha realizado MORENA.
¿Tiene posibilidades el secretario de Gobernación de ser el candidato presidencial de MORENA?
Bastantes, creo yo. Recordemos que siete de los 17 presidentes que de junio de 1920 a noviembre de 2000 gobernaron al país se desempeñaron antes como secretarios de Gobernación. Ellos fueron Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Lázaro Cárdenas, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.
Han pasado 52 años desde que en 1970 un exsecretario de Gobernación –Echeverría– asumiera la presidencia, y 22 desde que otro extitular de Gobernación, el priista Francisco Labastida, perdiera la elección frente al panista Vicente Fox.
Desde 1976 hasta 2012, los siete candidatos presidenciales que ganaron la elección fueron antes: secretario de Hacienda (López Portillo), de Programación y Presupuesto (De la Madrid, Salinas), de Educación (Zedillo), de Energía (Calderón) y gobernador (Fox y Peña Nieto).
Desde 1982 hasta 2018 el país fue gobernado por seis neoliberales priistas y panistas. De 1920 a 1982 los 14 presidentes fueron nacionalistas revolucionarios, muy similares a AMLO. Siete de ellos fueron antes secretarios de Gobernación.
¿Por quién se inclinará el presidente? ¿Por una izquierdista hija y nieta de comunistas que no acepta que también lo es? ¿Por el exneoliberal salinista que trató de ganarle la candidatura presidencial perredista en 2012? ¿Por su paisano expriista nacionalista que deberá mantener el control político del país?
Se aceptan apuestas…