Los resultados del primer trimestre del año revelaron un desplome del 71% en el beneficio de Tesla, generando preocupación sobre el futuro de la compañía. Un analista consultado expresó una dura crítica hacia la gestión de Elon Musk, afirmando que su éxito inicial como pionero del coche eléctrico hace 15 años contrasta con la actual situación de rezago.
Según Daniel Knowles, Tesla, que en su momento creó vehículos eléctricos deseables, se está quedando atrás de los fabricantes chinos. Estos competidores están produciendo coches eléctricos con baterías de mayor duración, carga más rápida y precios significativamente más bajos. La falta de actualización de los modelos de Tesla en los últimos cinco años y el calificado como «fracaso increíble» del Cybertruck son señales de problemas profundos.
El analista señala que Tesla ejemplifica un «pensamiento iluso y poco realista» por parte de Musk, problemas que existían incluso antes de su incursión en la política estadounidense y su creciente impopularidad. Además, advierte que las campañas de boicot están teniendo un impacto significativo, con una caída en las ventas. Aunque un posible aumento de compras por parte de republicanos podría mitigar el golpe, la compañía dependía en gran medida de mercados como Europa y China, donde el público de izquierda, tradicionalmente inclinado hacia los vehículos eléctricos, se ha alejado de la marca por las posturas de Musk.
Knowles concluye que Tesla enfrenta serios desafíos, agravados por su obsolescencia tecnológica en algunos aspectos, a pesar de contar con un software que aún considera superior. Las promesas incumplidas de Musk también erosionan la confianza en la empresa.