Destrucción del medioambiente, crisis climática y colapso de la biodiversidad. Los científicos han diagnosticado muchos problemas de salud a la Tierra, pero tratarlos protegerá la salud humana, y ya conocemos las curas.
En un año en el que los incendios forestales y las mega tormentas han hecho estragos en muchas partes del mundo y un nuevo tipo de virus ha dado el salto de animales a humanos y ha afectado a todo el planeta, los científicos están estableciendo un vínculo cada vez más claro entre la importancia de un medioambiente saludable para la propia salud de las personas.
Un nuevo libro, «Planetary Health: Protecting Nature to Protect Ourselves” (del inglés, «Salud planetaria: protegiendo la naturaleza para protegernos a nosotros mismos”), describe los principales problemas ambientales a los que se enfrenta el planeta y sugiere soluciones. Samuel Myers, doctor en medicina e investigador en salud planetaria de la Universidad de Harvard, es uno de los editores del libro.
Además, el director de la Alianza de Salud Planetaria, una red internacional de organizaciones que tratan de abordar el cambio ambiental mundial y sus repercusiones en la salud, habló con DW sobre cómo la actividad humana está desestabilizando el medioambiente y dañando al mismo tiempo nuestra salud.
La salud planetaria se deriva del reconocimiento de que las conversaciones sobre el medioambiente y la salud pública ya no pueden separarse. Son dos caras de la misma moneda, porque los sistemas que nos sostienen están empezando a desmoronarse como resultado del enorme peso de nuestras propias actividades.
El mensaje de que el cambio climático está amenazando la salud está empezando a llegar a la gente. Pero es importante ampliar ese marco, porque si se hace un diagnóstico erróneo, entonces habrá un tratamiento equivocado. Si el problema se ve únicamente como una cuestión de cambio climático, entonces el tratamiento se limita casi exclusivamente a la industria energética y a la necesidad de hacerla CO2 neutral.
No hay absolutamente ninguna duda de que es necesario. Pero es posible que sigamos en crisis aún después de hacerlo. El verdadero problema es la dimensión de las actividades humanas.
El alcance de nuestro patrón de consumo global excede la capacidad de nuestro planeta para absorber nuestros desechos o proporcionar los recursos que estamos utilizando de forma sostenible. Esto está afectando a la calidad y cantidad de los alimentos que producimos, la calidad del aire y del agua, la exposición a fenómenos meteorológicos extremos, las amenazas a enfermedades infecciosas, a episodios como la pandemia, incluso a la habitabilidad de algunas regiones del planeta.