Los medios de comunicación y las vacas sagradas del periodismo tampoco han escapado de la inquina presidencial. En las elecciones de 2006 los poderes fácticos acusaron a Andrés Manuel López Obrador de representar «un peligro para México». Una vez en la silla del águila, AMLO desveló nóminas y contratos del Gobierno de Enrique Peña Nieto con periodistas y editoriales por servicios de comunicación y publicidad. La primera vez lo hizo en la mañana del 23 de mayo de 2019. Entonces exhibió una relación de 36 sociedades y líderes de opinión que cobraron más de mil millones de pesos entre 2013 y 2018. De acuerdo con el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Datos Personales, cuatro empresas del exconductor estrella de Televisa, Joaquín López Dóriga, de las cuales hasta ese momento el público no tenía conocimiento, se embolsaron 251 millones de pesos (una cuarta parte del total).
En la misma lista figuraban Federico Arreola (SDPNoticias) en el nombre del Periódico Digital Sendero, con 153 millones de pesos (mdp), y Enrique Krauze, director de Clío y la revista Letras Libres, con 144 mdp. Óscar Ramón Beteta habría recibido 74 mdp; Beatriz Pagés, directora de la revista Siempre!, 57 mdp; y Comunicaciones Estratégicas Newlink, 47 mdp. En orden descendente les siguen Raymundo Riva Palacio (31 mdp), Ricardo Alemán (25 mdp) y Adela Micha (24 mdp). Algunos de los señalados replicaron la información sin desmentirla. Krauze dijo que el acto constituía un ataque a la libertad de expresión. «No me intimidarán», publicó en redes sociales.
Para Riva Palacio la embestida proviene de «una campaña para desacreditar periodistas». Horas después de las declaraciones del presidente en Palacio Nacional, López Dóriga difundió un tuit retador: «Registro el mensaje de la oficina del presidente @lopezobrador que es difamar para callar. Conmigo no lo logrará y asumo todas las consecuencias. En lo personal reitero que nunca he recibido un peso del Gobierno. Y a él le consta cuando fue jefe de Gobierno de la #CDMX». En casos así, los mejores escudos son la honradez, prestigio y la credibilidad.
López Obrador volvió a la carga en la rueda de prensa del 4 de agosto de 2021. Esta vez centró la atención en El Universal y Reforma, cuyo «enojo» contra su administración lo atribuyó a la reducción del gasto publicitario. Apoyado en información proyectada sobre una pantalla, dijo que los Gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto pagaron: 2 mil 092 millones de pesos al primero; y 987 millones al segundo. El conflicto de El Universal con el Gobierno es económico —advirtió— y el de Reforma «se vinculan las dos cosas: el dinero y la ideología conservadora».
En la mañanera del 11 de febrero de 2022, AMLO presentó una tarjeta, también amplificada en una pantalla, con el supuesto ingreso de Carlos Loret de Mora en 2021: 35.2 millones de pesos. «¿Ustedes creen que es porque se trata de un periodista de altos vuelos, muy inteligente, un buen escritor? No, es por golpeador», publicó en Twitter (ahora X). Loret refutó la información. «Pero aunque los datos sean erróneos, al presidente le cree mucha gente, y lo que ha hecho es ponernos a mi familia y a mí a merced de la delincuencia», expresó en un video difundido en sus redes sociales.
Para Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), «El caso Loret de Mola es un ejemplo de la postura vengativa del mandatario, quien usó información confidencial de datos fiscales para atacar al periodista» (LatAm Journalism Review, 15.02.22). El informe «¿Cambiar para seguir igual?» de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, publicado el 26 de septiembre de 2023, observa: «Llama la atención que se confíe menos en los medios de comunicación y en los empresarios que en el Gobierno en la tarea de eliminar la corrupción». Loret no se equivoca: al presidente le cree más gente.