La Última Batalla: El Obradorismo Captura al Poder Judicial
Andrés Manuel López Obrador acelera su plan de control total: con jueces, legisladores y magistrados leales, su proyecto de poder, personal, parece imparable. La Cuarta Transformación muta en un régimen autoritario. Con las elecciones a modo, el obradorismo consolida su dominio absoluto sobre México.
Por: Jorge Arturo Estrada
En los estertores de la democracia, es evidente la ruptura del tejido social. El Estado de Derecho está destruido. El Poder Judicial ha sido desmantelado. Con mayorías legislativas, artificiales, concedidas por traidores en el INE, el Tribunal Electoral, la Suprema Corte y en las bandas de los políticos de siempre. Transitamos por un país agobiado por la inseguridad y la pobreza. La resignación y las Becas del Bienestar consolidan al régimen, autoritario,rediseñado por López Obrador. Con una población apática, evasora de noticias y poco solidaria, el proyecto de poder de Andrés Manuel avanza rápidamente.
Torrentes de lágrimas, y sangre, enlutan a millones de hogares en México. Las decisiones del gobierno, del tabasqueño, fueron tóxicas. El Humanismo Mexicano, que pregona,queda en el discurso. Su proyecto, siempre ha sido su prioridad. Es, el proyecto de poder que se centra en el obradorismo y su estado autoritario. Nada más le importa. En la actualidad, él persiste en sus afanes sucesorios: quiere a su hijo, Andy, en el Palacio Nacional.
En junio, AMLO, logrará llenar de votos morenistas a sus candidatos y tendrá a sus propios jueces y magistrados. El Poder Judicial será suyo, de nadie más. Ya domina al Legislativo y casi completamente, al Ejecutivo, actual. La presidenta está llena de problemas, para mantener a la deteriorada economía viable, ante las demandas y desplantes del presidente, Donald Trump.
El futuro del país, en el corto plazo, es oscuro. El autoritarismo se impone, la libertad de expresión está más en riesgo que hace décadas. El Obradorismo se fortalece a costas de Morena. El proyecto político, personal, de Andrés Manuel, está más fuerte que nunca. En el país ya no existen contrapesos. Él se encargó de aplastarlos. Lo hizo con paciencia, con fuerza e implacablemente durante años. Tal vez décadas.
Primero, se construyó una imagen de mesías, de víctima de los “prianistas”, luego se convirtió en el Rey del Cash recogiendo recursos y aliados entre esos mismos prianistas. A todos ellos, los colocó en el poder con acceso a miles de millones; y, en consecuencia, la corrupción lejos de desaparecer, resurgió con fuerza incontenible. Ahora impera.
Estamos a unos días de que se consume el atraco. El acarreo morenista llevará los tribunales y juzgados a sus alfiles y peones. Así se redondeará el proyecto de poder personal de Andrés Manuel: El Obradorismo.
Así, nos encaminamos a la elección, ridícula y pervertida de origen, de los integrantes del Poder Judicial. Este proceso, es parte de una colección de revanchas y venganzas, de pleitos y afrentas añejas, que integran la historia de la Cuarta Transformación, que va mutando en Obradorismo. Las cosas se ponen más interesantes. Veremos.