La sombra de AMLO y el asedio de Trump: Sheinbaum enfrenta un arranque turbulento
El nuevo gobierno estadounidense señala al de México como cómplice del crimen organizado. Claudia, enfrenta un arranque complicado: una crisis económica, una agenda dictada por Trump y la herencia de AMLO. ¿Podrá definir su propio camino?
Por: Jorge Arturo Estrada
Trump y López Obrador, sostienen batallas por imponer sus agendas de poder. Agobiada, sin oportunidades de lucimiento la presidenta, Claudia Sheinbaum, aparece molesta. Parece estar atrapada entre dos personajes muy populares y poderosos que, con visiones encontradas, terminarán chocando. Uno que regresa al poder y otro que no termina de irse.Así, sin brillo, arranca su sexenio.
En estos momentos, el gobierno de Claudia está lejos de ser lucidor. Se le percibe a la deriva, tropezando. Por una parte, se ha dedicado a cumplir con los dictados de Andrés Manuel; y por el otro, desde el otro lado del Río Bravo ya le impusieron una agenda que la marcará para siempre. Serán una serie de difíciles tareas para la primera presidenta del país. Así transitará a la historia.
Por su parte, sin respeto y sin cuidar las formas, Trump ya marcó al gobierno mexicano como un protector y aliado de los delincuentes. Esa será una marca indeleble para la Cuarta Transformación.
Para este nuevo gobierno de Donald Trump, y para el de Joe Biden, la actuación de los mandatarios morenistas, en materia de seguridad fronteriza, se volvió intolerable. Se ha convertido en un problema político de alto nivel y en un tema populista para explotar.
Es evidente, que el tráfico de personas y de fentanilo se volvió enorme, y ya molesta a grandes bases sociales del vecino país. A la llegada de Trump, a grandes pasos se avanza del lado estadounidense con decretos y acciones. Se hacen abiertamente los vuelos y acciones de espionaje y vigilancia estadounidense sobre nuestro país. El discurso de la Casa Blanca se endurece, se exigen resultados. Ya circulan versiones de que vienen por delincuentes y por políticos.
Por su parte, el instinto político de López Obrador lo mantiene atento y activo. Seguramente, percibe peligros, oportunidades y urgencias. Así, Andrés Manuel desde su retiro mueve sus piezas. Su hijo acapara espacios al presentarse ante los legisladores para reafiliarlos. Su Plan C ya destruyó al poder Judicial y a los organismos autónomos. Los contrapesos fueron demolidos. La autocracia se impone y el nuevo régimen, se consolida. Persistente, como siempre, él ya prepara la sucesión de Claudia. Por lo pronto, ya logró colocar a Andy en el primer lugar de la lista.
Así, los primeros 100 días, de la presidenta, lucieron como dedicados al cumplimiento de los dictados de su antecesor. Adicionalmente, hay quienes visualizan operaciones militares en territorio nacional. Las cosas se ponen más virulentas. El gobierno federal está agobiado en lo económico, Pemex y la CFE son lastres enormes. La deuda pública crece. El gasto es desordenado. La corrupción se amplía, junto a la impunidad, establecen organismos internacionales. El legado es tóxico. La Mañanera de Claudia se volvió intensa y agresiva. Hay pocas buenas noticias y muchos reclamos y desplantes. Veremos.