| AMLO insiste en que ya ganó la presidencial del 2024
| La 4T es una amenaza para la democracia
| El peor PRI de su historia se mantiene en la Alianza
Cinco años, en la presidencia de México, desgastan. Un mal gobierno, desgasta más rápidamente. Críticos y simpatizantes del presidente, establecen a la popularidad de Andrés Manuel como el principal activo para Morena y sus candidatos. Algunos, llegan al extremo de afirmar que el partido guinda ganará fácilmente en el 2024, con cualquiera de sus corcholatas principales de candidatos. Sin embargo, luego de los resultados en las pasadas elecciones federales del 2021 y en el Edomex este año, surgen grandes dudas respecto a la precisión de las encuestas, que registran esa popularidad. Entonces, esa aceptación actual del presidente López Obrador, ¿es real, o es un error más de las encuestadoras?
En el 2018, AMLO registraba poco más de un 80 por ciento de aprobación; actualmente ronda los 60 puntos porcentuales, según los trackings polls que se publican. Un apunte interesante, para comprender los errores de las empresas demotécnicas, es que, al igual que pasaba con los priistas, ahora los ciudadanos parecen reacios a contestar a los encuestadores y cuando lo hacen, mienten. Así, los resultados van quedando alterados en favor del presidente y su partido. Los mexicanos no quieren perder sus programas sociales, antes los que les llegaban con los tricolores y ahora con los del Bienestar, con los guindas. Así, esos mismos estudios reflejan que la población reprueba al gobierno obradorista, aunque respalde al presidente.
El presidente sabe que puede perder en el 2024. Él ya no será candidato, eso le preocupa porque ya no controla todos los hilos del proceso. Además, está consciente de las limitaciones de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, así como del resto de sus “corcholatas”. Por eso, acelera las cosas y los metió a precampaña.
Las señales en su entorno no son las mejores, su salud no es buena, hay riesgos de fracturas, la clase media rechaza sus incapacidades y la corrupción de sus colaboradores. Adicionalmente, su gobierno no mejoró la seguridad, la salud, el empleo, ni la calidad de vida. La pandemia y la violencia dejaron cientos de miles de tumbas. Además. la carestía invade a los hogares de los mexicanos, cada día.
El peor PRI de su historia se integra a la Alianza opositora del 2024
Morena es un desastre. Es una colección de tribus que pocas veces son capaces de actuar con disciplina. Es un movimiento integrado por cuadros políticos desertores del resto de los partidos. Sin embargo, ha ido ganando todo lo que el PRI va perdiendo y ya gobierna 23 entidades federativas, y el tricolor ya no tiene ninguna; en Coahuila y en Durango los gobiernos son coaliciones.
De esta forma, para la elección presidencial, el Partido Revolucionario Institucional, llegará en el peor momento de su historia. Ya sin sus legendarias y eficientes maquinarias, acarreadoras de votos cautivos en 31 estados; también, está ampliamente desprestigiado, sin figuras relevantes, ya solamente puede ofrecer su franquicia electoral y algunos restos de organización en algunas ciudades. Adicionalmente, la actuación de su dirigencia está empujando a muchos tricolores a desertar.
La 4T es una amenaza para la democracia
Por su parte, por más que lo anuncie, López obrador, no se quiere ir. Por ello, se esmera en ganar las elecciones del 2024, y, además, dejar como herencia a una corcholata dócil, que atienda sus lineamientos e instrucciones para hacer un país como a él le gusta, con muchos pobres, poco educados, pero felices. Por lo pronto, él ya estableció las iniciativas que el nuevo congreso del 2024 deberá aprobar de inmediato, para que el Instituto Nacional Electoral se convierta en una dependencia gubernamental, que la Guardia Nacional sea asignada a la Sedena; y, que los magistrados de la Suprema Corte de Justicia sean removidos, y los nuevos sean electos por voto popular. La democracia tan arduamente construida estará en riesgo.
La suerte está echada, entramos en la etapa más intensa de la guerra electoral. El presidente es el comandante en jefe del oficialismo, mientras la oposición está descabezada y anda en busca de un candidato que se convierta en un fenómeno político similar a Vicente Fox, Cuauhtémoc Cárdenas o el propio Andrés Manuel López Obrador. Las cosas se ponen interesantes. Veremos.