Abarca más de 200 km2 en la Reserva de la Biosfera de Calakmul: Felix A. Kupprat
• Con tecnología LIDAR se encontraron conjuntos residenciales agrupados alrededor de numerosos templos, santuarios y posibles mercados
Científicos del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM ayudaron a procesar imágenes del dosel forestal de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, adquiridas con teledetección con luz láser (LIDAR), y revelaron uno de los asentamientos demográficos más grandes e importantes del antiguo mundo maya.
Felix Alexander Kupprat, experto del IIA, es miembro del Proyecto Arqueológico Bajo Laberinto, en el que participan la UNAM, la Universidad de Calgary, la Universidad Autónoma de Campeche, y que colabora con la Universidad de Cincinnati. El escaneo se realizó en estrecha colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Centro Nacional de Cartografía Láser Aerotransportada de la Universidad de Houston, y con fondos otorgados por el Consejo de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá (SSHRC, por sus siglas en inglés).
“Teníamos la idea de que era un sitio denso, porque hace tiempo la Universidad Autónoma de Campeche realizó un mapeo de 30 kilómetros cuadrados (km2) en la zona, área que definieron como núcleo urbano, pero estimaban que la zona habitada podría medir más de 100 km2. Ahora, fue impresionante. Mapeamos 100 km2 en Calakmul y 100 en Yaxnohcah, y todo está lleno. Tenemos la teoría que toda la orilla del Bajo Laberinto era parte de esta mancha urbana”, explicó el especialista en arqueología.
Los investigadores universitarios ayudaron a procesar las imágenes que permiten visualizar inmensos conjuntos residenciales de apartamentos, algunos compuestos por más de 60 estructuras individuales, complejos residenciales que estaban agrupados alrededor de numerosos templos, santuarios y posibles mercados en lo que era una de las ciudades más grandes de América en 700 d.C.
“A diferencia de la idea tradicional que tenemos de las ciudades, con un centro y áreas libres de bosque, había áreas de cultivo en varias partes. Al mismo tiempo vemos que el asentamiento es continuo, realmente no vemos un límite definido con muros u otras marcas. Creemos que sucedió algo como hoy la Ciudad de México, donde la mancha urbana integró a comunidades que estaban alejadas. La diferencia es que dentro de la ciudad había mucha producción con áreas de cultivo. Estamos hablando de una zona urbana de densidad variada, pero de una extensión enorme”, detalló Kupprat.