Libreros, editores y escritores muestran su alegría ante una edición «normal» que ha inaugurado la reina Letizia este viernes
Una exultante y soleada Feria del Libro de Madrid —la primera sin restricciones de aforo y en su fecha habitual desde que comenzó la pandemia— esperaba esta mañana la llegada de la reina Letizia para su inauguración oficial, aunque desde su apertura media hora antes se podían ver muchos más visitantes y más movimiento de lo habitual para ser la jornada inaugural.
A las 11 horas la reina se ha bajado de su coche oficial precisamente en el Paseo de Coches del parque del Retiro y, ante numerosos curiosos que se agolpaban al otro lado de las vallas amarillas, se ha unido a la comitiva que la esperaba en fila, compuesta por la nueva directora de la feria, Eva Orúe, la ministra de Educación, Pilar Alegría, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la vicealcaldesa Begoña Villacís, y la consejera madrileña de Cultura, Marta Rivera de la Cruz.
Además de varias paradas en casetas y pabellones oficiales como los del Ministerio de Cultura, el Consejo Europeo (que participa por primera vez en la feria) o la Comunidad de Madrid, la reina se ha detenido en las casetas de varias librerías, donde se ha interesado por títulos y autores, así como por los propios libreros. Como en otras ocasiones, la reina ha demostrado ser aficionada a la buena literatura y con intereses en ámbitos muy variados.
Libreros y editores coinciden en que es «la feria de las ferias» y que se afronta «con muchísimas ganas». Habrá que esperar al balance final dentro de tres semanas, pero no sería extraño que se batiera el récord histórico de ventas (10 millones de euros), que se alcanzó en 2019, su última edición “normal”. Hay que recordar que la pandemia de coronavirus obligó a cancelar la edición de 2020 y que la de 2021 tuvo que celebrarse con importantes restricciones de aforo y delimitación del perímetro que ocasionaron largas esperas para entrar al recinto. “La feria del año pasado fue épica, porque era increíble ver a la gente dos horas y media en cola, aguantando bajo el sol, algo heroico”, recuerda la escritora Rosa