Dante Delgado es uno de los políticos más foguedos de México y sobreviviente del régimen que —asegura— lo encarceló por discrepar del presidente Ernesto Zedillo acerca del uso de la fuerza en Chiapas, donde fungía de coordinador de la Comisión para el Bienestar Social y Desarrollo Económico Sustentable. Acusado formalmente de peculado y enriquecimiento ilícito, en 1988 fue absuelto tras pasar 15 meses en el penal de Pacho Viejo. Originario de Alvarado, Veracruz, tuvo de mentor al mítico Fernando Gutiérrez Barrios, quien, al renunciar a la gubernatura del estado para ocupar la Secretaría de Gobernación, invitado por Carlos Salinas de Gortari, lo dejó en su lugar.
Delgado renunció al PRI en 1996 para emprender un proyecto político basado en los «valores esenciales de identidad nacional, lucha por la soberanía y compromiso con los grupos sociales que requieren respaldo y apoyo para impulsar el desarrollo del país» (La Jornada, 28.11.96). Tres años después, el partido Convergencia obtuvo registro oficial y en 2011 se convirtió en Movimiento Ciudadano (MC), siempre bajo la tutela de Delgado. En las elecciones presidenciales de 2000 y 2006 se coligó con el PRD y los partidos que postularon a Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. En 2012 se mantuvo firme con AMLO y en 2018 apoyó, junto con el PRD, al panista Ricardo Anaya. Este año participará por primera vez en solitario con Jorge Álvarez Máynez.
Los intentos del frente PRI-PAN-PRD por atraer a MC y apuntalar a su candidata Xóchitl Gálvez fracasaron. El partido naranja respondió las presiones mediáticas y de los grupos de poder con una frase lapidaria: «Con el PRI ni a la esquina». MC gobierna Jalisco y Nuevo León. En Campeche estuvo a menos de dos puntos porcentuales de derrotar a Layda Sansores, de Morena. MC tiene 29 diputados federales y en el Senado le pisa los talones al PRI con apenas dos asientos menos (12/14). Figuras del PRI, PRD, PAN y de la sociedad civil militan ahora en MC. Son los casos de las exgobernadoras Ivonne Ortega (Yucatán), Amalia García (Zacatecas), Patricia Mercado (excandidata presidencial), Salomón Chertorivski (secretario de Salud con Felipe Calderón), Alejandra Barrales, quien en 2018 compitió con Claudia Sheinbaum por la jefatura de Ciudad de México, y Gustavo de Hoyos, expresidente de la Coparmex.
Sin embargo, hay dos que llaman la atención por lo representativo de sus apellidos: Luis Donaldo Colosio (alcalde de Monterrey con licencia) y Claudia Ruiz Massieu, expresidenta del PRI. Los padres de ambos murieron asesinados en el fatídico 1994, con diferencia de meses. Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo, al cerrar un mitin de su campaña presidencial en Tijuana. Y José Francisco Ruiz Massieu, exgobernador de Guerrero, en pleno centro de Ciudad de México. Los crímenes apuntaron hacia Los Pinos.
Dante Delgado fue compañero de Colosio en la LIII legislatura y de Claudia Ruiz Massieu en la LXI. Ambos son ahora senadores. La sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari renunció al PRI en julio pasado junto con un nutrido grupo de legisladores y exgobernadores. «El PRI perdió la ruta con una dirigencia soberbia. Alejando Moreno en poco tiempo (…) destruyó todo, como nunca en la historia», declaró Miguel Osorio en nombre de los dimitentes. El PRI —acusó— está «secuestrado por una dirigencia que no da resultados y que impone únicamente a sus incondicionales».
Colosio hijo tiene una de las senadurías por Nuevo León como en la bolsa; y Ruiz Massieu, una diputación federal. Ante los embates de la partidocracia caduca, Dante no pierde la sonrisa. Su apuesta es por el futuro. Distanciado del frente opositor y de Andrés Manuel López Obrador, Delgado no piensa en la sucesión de este año, sino en la de 2030. No está errado. Con un PRI y un PAN derrotados y un PRD inexistente, MC podría ser el cuarto partido en ocupar la presidencia.