• El autoritarismo en México avanza mientras Biden toma medidas drásticas contra el crimen organizado, afectando la relación bilateral.
• La férrea determinación de López Obrador de imponer sus reformas ha dejado a Claudia Sheinbaum fuera del centro de atención política.
La aplastante victoria, de la candidata de Andrés Manuel, impuso una nueva dinámica en el fin de sexenio. La férrea decisión del presidente, López Obrador, de imponer sus cambios constitucionales, le restó protagonismo a Claudia Sheinbam. La intensidad del mandatario, para amarrar la destrucción de los contrapesos democráticos, y además concretar una mayoría calificada mediante argucias, mantiene a la futura presidenta lejos del foco de atención. El tabasqueño aun domina la agenda pública nacional y acapara los reflectores.
El control del congreso y las modificaciones constitucionales al alcance del presidente, que ya debe irse, complican los escenarios políticos y democráticos, presentes y futuros. Con un gran rebaño de legisladores cualquier candado de la ley sería fracturado fácilmente. Aun la reelección en seis años.
Es evidente que, envueltos por poderes enormes, las ideas dictatoriales se multiplican, el mejor ejemplo es Venezuela. Sin embargo, en el frente externo el tabasqueño es débil y casi indefenso. Joe Biden ya no cuida su candidatura personal y ahora va por detener a Donald Trump y a su discurso. La elección estadounidense atrapó a la sucesión mexicana, otra vez somos la piñata. Por lo demás, seremos testigos mudos, convidados de piedra.
Sale Biden y llega Kamala Harris. Hay nuevo impulso en las filas demócratas, Ella, ya recaudó 200 millones de dólares, para su campaña presidencial, en unos cuantos días. Las encuestas nacionales le dan la ventaja. Las de los estados claves, los switchers, del Cinturón del Óxido están en disputa. La percepción ganadora de Donald Trump ya se rompió. El Momentum, político electoral, que generó el atentado contra su vida por un francotirador se va desvaneciendo. Ahora la contienda presidencial será entre la exfiscal contra el indiciado, por los muchos casos judiciales abiertos contra el magnate. Adicionalmente, en el juego de las percepciones, el crítico cruel, del achacoso Biden, se convirtió en el viejo de casi 80 años que busca regresar a la Casa Blanca con exageraciones, mentiras y muchos “pecados”, a cuestas.
De esta forma, Biden, ya sin ataduras electorales, actuó contra los exportadores de fentanilo mexicanos, y le arrebató el argumento a Trump. El presidente Joe hizo lo que Donald no logró o no se atrevió: una arriesgada maniobra de extracción de Ismael Zambada, el legendario socio de Joaquín Guzmán, El Chapo. Ahora el Mayo está sujeto a juicio en los Estados Unidos. Han sido semanas de vértigo.
Sin cortesías aparentes, los norteamericanos capturaron a sus objetivos. En el Palacio Nacional se mostraron desconcertados y cautelosos. Los desplantes aguerridos de Andrés Manuel y de Sheinbaum se disolvieron. Por el momento, sus palabras son cautas y pronunciadas con lentitud. Parecen no querer molestar a ninguno de los actores. Desde Washington le cambiaron la jugada, Trump no es digno de confianza, es impredecible. Adicionalmente, Biden ya no será un personaje complaciente con los arranques del tabasqueño. Mientras, acá se intenta imponer el autoritarismo a marchas forzadas. Las cosas se ponen interesantes. Veremos.