“Ciérrale, te la estas acabando”. ¿Recuerdas esta campaña que en 1984 fue muy exitosa en México? Bien, aunque no hay muchos datos de cuánto fue el impacto de ahorro que se tuvo, lo cierto es que en su momento todos hablaban del cuidado que se debía dar al consumo del agua potable.
No obstante, a casi 4 décadas, como ciudadanos la cultura de cuidado del agua deja mucho que desear. Se calcula que tan sólo con el ahorro diario de un litro de agua por habitante, se podría obtener el agua que cabría en un tanque del tamaño de una cancha de futbol con 2.75 veces la altura de la torre de Pemex.
Situación que darían un respiro a las inversiones que urgen en cuanto a presas e infraestructura se requieren, para mantener el suministro de agua al que estamos acostumbrados como país.
Es cierto que la problemática no es actual y se detectaron necesidades desde hace varias décadas. ¿Hoy se ha complicado? Sí. El cambio climático hace lo propio. Las temporadas de lluvia han cambiado y se han acotado, complicado para México que se obtenga el agua necesaria en las zonas áridas muy elevadas, donde están las presas.
Aunado a ello, la falta de bosques sigue siendo una constante, pese a los esfuerzos, en su mayoría de la iniciativa privada, por reforestar.
Todo parece que el crecimiento de ciudades evita que se recarguen los mantos cuánticos.
De ahí, por parte de las autoridades, como prioridad, para evitar que se caiga en una escasez o mala calidad del líquido, cuyo costo-país sería impagable.
Por lo menos, y de acuerdo con el Instituto Latinoamericano de la Calidad del Agua, se requiere de forma anualizada tres mil millones de dólares para invertir principalmente en plantas residuales, así como de almacenamiento.
Donde el trabajo entre Gobierno e inversión privada sea una realidad, dado que se necesitan, por lo menos, 19 plantas de tratamiento de agua, tan solo en la Ciudad de México, y más de 60 a nivel nacional, para atender la demanda nacional.
Incluso, hay propuestas de que las autoridades volteen a ver financiamiento en instituciones internacionales y nacionales, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o la industria de reciclaje.
Las cifras que se dan a conocer, es que, en este sexenio actual, se han hecho inversiones por 55 mil millones de pesos, según la Conagua, pero, no ha sido suficiente. Por lo menos, la urgencia sería que se hiciera un centro de acopio por cada estado, volver a reforestar en zonas donde cuesta más trabajo que llegue el agua a los ríos y pozos.
En fin. Lo cierto es que, es fundamental se voltee a ver el tema del agua como prioridad nacional, un “día cero” puede llegar a darse, sí se siguen afectando los mantos freáticos; continuamos con el patrón de consumo actual, y no se hace un mayor esfuerzo en inversión para la recolección de agua. Porque el cambio climático seguirá siendo un factor que jugará en contra del agua y de muchos factores.
Y HABLANDO DE AGUA. Empresas como Bonafont, en México bajo la dirección de Danone que preside Silvia Dávila y Pisa, que encabeza Edgar Antonio Castillo, hacen estrategias para elevar el consumo de agua y suero, respectivamente. Haciendo llegar el producto hasta el hogar.
En cuanto a Bonafont, refiere la empresa, comenzó a desplazar a casas habitacionales verticales y departamentos de forma temporal y como estrategia de ventas, un stand donde se almacenan 20 garrafones de agua, a fin de elevar su nivel de ventas. Dado que es previsible ante los cambios de temperatura que se eleve el consumo de los líquidos en un 30 por ciento.
PISA, a través de su suero Electrolit, refuerza sus campañas de consumo como esquema de hidratación, y esquemas de distribución promocional.