Un grupo de científicos de la Universidad de Florida (UF) comprobó científicamente que los «gusanos» de las botellas de mezcal no son tales. Entonces, ¿de qué especie proceden?
El gusano de la botella convierte al aguardiente de agave mezcal en un culto en su país de origen, México. Este alcohol se produce desde el siglo XVII. Pero no fue hasta los años 40 y 50 cuando algunos productores empezaron a añadir un ingrediente especial: gusanos, que en rigor son larvas.
Hasta ahora, no estaba claro a qué especie animal pertenecían exactamente las larvas; se ponían en duda varias especies. Ahora, con ayuda de análisis de ADN de los llamados gusanos del mezcal, un equipo internacional de investigadores ha podido demostrar que se utilizan principalmente larvas de la polilla Comadia redtenbacheri.
En concreto, antes de los resultados, los científicos pensaban que, dado que los «gusanos de maguey» no se crían comercialmente, los elaboradores de la bebida usarían probablemente varias especies, sobre todo un tipo de mariposa llamada patrón gigante del tequila (Aegiale hesperiaris), que pone sus huevos en las plantas de agave.
Sus grandes orugas de color blanco lechoso, como lo son muchos «gusanos de maguey», hacía que fuera considerada la opción principal.
Sin embargo, el ADN identificó inequívocamente las 18 muestras analizadas como las orugas de las polillas de las lombrices rojas de agave (Comadia redtenbacheri), otro tipo de parásito de agave con larvas de color rosado, cuyo color cambia como consecuencia de estar almacenadas en alcohol durante mucho tiempo.
Industria del mezcal pone población en peligro
A diferencia del Tequila, el mezcal continúa dependiendo de las instalaciones a pequeña escala.
Cuando las polillas se acumulan en gran número en la planta, el agave muere. Los recolectores de larvas, llamados gusaneros, identificaban las plantas de agave infestadas y arrancaban las larvas con un gancho metálico o una espina de agave.
Debido a la recolección intensiva, el número de larvas naturales disminuye drásticamente, afirman los investigadores. Por ello, están trabajando en métodos para criar específicamente las larvas.