En el caso Coahuila las ambiciones personales se desbordaron. Priistas y panistas se pusieron a medir fuerzas y solamente lograron ahondar el desprestigio hacia ambos partidos a nivel nacional. El asunto del incumplimiento del convenio del reparto de puestos en la administración del coahuilense, Manolo Jiménez, del gobierno de coalición de esa entidad, y la publicación del mismo, generó rechazo entre los clasemedieros hartos de la politiquería de la clase política.
Estos incumplimiento y acciones volvieron a suscitar desconfianza hacia las alianzas entre PRI-PAN y PRD, en lo interno y lo externo. Así, el desprestigio alcanzó a la candidata del Frente Opositor, Xóchitl Gálvez, además, claro, de los firmantes del documento. Fue otra marca más al tigre. Esto, en víspera del cierre Macro del período de precampaña de la hidalguense.
Por supuesto, que estos conflictos internos fueron aprovechados por el presidente para salir de sus propios escándalos. Así, el tema del desvío de recursos de las liquidaciones a los empleados de Notimex, para la campaña de Sheinbaum, denunciado por la morenista, Sanjuana Martínez y el reportaje de Carlos Loret de Mola, señalando el tráfico de influencias por cientos de millones de pesos de uno de los hijos de AMLO,usando la construcción del tren Maya, quedaron en segundo plano. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, usó la pugna, de la coalición Coahuila, para salirse rápidamente de sus propias crisis. De esta forma, él lleva una semana en su Mañanera atacándolos con el tema.
El pleito por la alcaldía de Torreón, la publicación del convenio y el intercambio de ataques entre panistas y tricolores, también metió al gobernador de Coahuila en una espiral tóxica de desprestigio, a nivel nacional, al quedar vinculado con figuras políticas tan nefastas.
Para Manolo, ser el último gobernador tricolor, aunque elegido por priistas y panistas, le brinda la oportunidad de ganar posicionamiento positivo a nivel nacional. Con una oportunidad casi única, ante el declive de las principales figuras de su partido. Sin embargo, su perfil de joven político inteligente y exitoso fue manchado en el incidente. Todo el asunto fue una escena de errores, soberbia y vanidades. El desenlace es claro, se generó más desprestigio para los prianistas y también se brindaron las oportunidades para que AMLO pudiera salirse de sus crisis. Esto sigue interesante. Veremos.