El poder desenmascara
«Nunca los cetros y coronas de los emperadores farsantes fueron de oro puro, sino de oropel y hoja de lata». Miguel de Cervantes
La alternancia en el poder, de la cual ya han transcurrido 25 años, liberó a los gobernadores del yugo presidencial. Sin embargo, la transición produjo en los estados tres fenómenos, causados por el desafuero de los ejecutivos locales y la manga ancha del Gobierno federal: 1) endeudamiento desmedido; 2) violencia exacerbada; y 3) corrupción desbocada. La crisis estalló en el Gobierno de Felipe Calderón. Entidades como Coahuila excedieron por mucho su capacidad de pago, generaron prosperidad ficticia y terminaron ahorcadas. La mayoría financió proyectos no productivos con deuda, pero ninguna llegó al extremo de adquirir créditos con documentos falsos como ocurrió en Coahuila.
Todavía hoy se desconoce el destino de, al menos, 18 mil millones de pesos, casi la mitad del llamado moreirazo. La Procuraduría General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción dieron carpetazo a las denuncias de la Auditoría Superior del Estado. Tampoco la Procuraduría General de la República (PGR) movió un dedo para reparar el entuerto. El daño por el saqueo de las finanzas estatales es permanente. Quienes más lo resienten son los grupos vulnerables y los pensionados del SNTE cuyo sistema de salud, antes suficiente, hoy está en ruinas. La megadeuda absorbe casi el 10% del presupuesto del estado, que este año será de 71 mil 687 millones de pesos.
Gobernadores del PRI, PAN y PRD de una docena de estados, incluido el único independiente, han sido encarcelados por enriquecimiento ilícito, desvío y sustracción de recursos públicos, lavado de dinero, abuso de poder y delincuencia organizada. De Morena todavía no, por estar recién llegados. Los únicos que permanecen en prisión son Javier Duarte (Veracruz), Tomás Yarrington (Tamaulipas), Roberto Sandoval (Nayarit) y Mario Marín (Puebla). La falta de castigo en Coahuila llama la atención por la gravedad de los delitos imputados al tándem Moreira que gobernó el estado entre 2005 y 2017. No solo es la deuda, sino también el desvío de centenares de millones de pesos a empresas fantasma y las denuncias de crímenes de lesa humanidad presentadas ante la Corte Penal Internacional.
La impunidad responde a varios factores, pero principalmente a los pactos políticos. La relación de Humberto Moreira con Enrique Peña Nieto, cuya campaña por la presidencia supuestamente ayudó a financiar con dinero del erario, le permitió enchufarse en la dirigencia del PRI y heredar la gubernatura a su hermano Rubén. La debilidad de las oposiciones, la pasividad de los organismos empresariales y la complacencia de un sector de la prensa, con los cuales se tejieron intereses económicos y políticos, fueron piezas del escudo contra la justicia.
Humberto Moreira, lo mismo que Yarrington, fue detenido al otro lado del Atlántico. El coahuilense, en Madrid, España, y el tamaulipeco, en Florencia, Italia, solicitados por agencias norteamericanas. Moreira regresó al país en febrero de 2016, luego de un internamiento de una semana en el penal de Soto del Real. Yarrington fue expulsado por Estados Unidos el 9 de abril pasado después de pasar siete años y medio en prisión. En México será sentenciado por lavado de dinero, entre otros cargos. La isla El Frontón, en Veracruz, que habría adquirido a través de un prestanombres, fue decomisada por la PGR (Aristegui Noticias, 10.05.25). No era la Skorpios, de Onassis, pero isla al fin.
«El poder no corrompe —dice Rubén Blades—; el poder desenmascara»