La postulación del millonario Armando Guadiana para la gubernatura de Coahuila generó decepción y disgusto en los sectores que esperaban, de un partido «renovador» como Morena, un candidato fresco y sin ataduras con las élites políticas y económicas. Ricardo Mejía parecía ser la opción, pero la cúpula se decantó por un senador anodino cuya defensa del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación ha consistido en combatirlos. Guadiana cuestiona al presidente y pondera a los Gobiernos del PRI con los cuales parece identificarse mejor. La nominación del empresario es un regalo de Morena para el PRI.
Guadiana tiene la ardua labor de conseguir no solo el apoyo popular, sino el de un partido cuyo consejo estatal lo rechaza para coordinar los comités de defensa de la 4T. En la asamblea del 10 de noviembre, celebrada en Frontera, Ricardo Mejía lo superó por 38 votos (42/4). El delegado federal Reyes Flores captó 11 y Luis Fernando Salazar, ocho. Los aliados del senador parecen estar fuera de Morena. El favorito del presidente López Obrador era el subsecretario de Seguridad Pública. Guadiana gana en las encuestas —«amañadas», según Mejía—, pero no en las urnas. Miguel Riquelme y Guillermo Anaya lo superaron en las elecciones para gobernador de 2017; y José María Fraustro, en las de alcalde de Saltillo de 2021. La senaduría la ganó en 2018 colgado de López Obrador.
El empresario minero tampoco se ha distinguido por su desempeño en la Cámara Alta. Distante de las bases de Morena y de la sociedad, asistió al mundial de Qatar y el anuncio de su designación como coordinador de los comités de defensa lo esperó cruzado de brazos. Para el periodista Carlos Loret, la candidatura del «cuestionadísimo» senador Armando Guadiana forma parte de los pactos con el PRI por haber votado en favor de la hipermilitarización del país. «Morena aceptó bajar la guardia en el estado, dejando (la) cancha abierta para que el PRI se mantenga en el poder estatal. (…) relegando a quien se ostentaba como el favorito del presidente López Obrador, Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad federal». («Morena cedió Coahuila al PRI», El Universal, 13.12.22).
El conductor del portal de noticias Latinus advierte que Guadiana «es un candidato vulnerable por todos lados. Un rival no tan complicado para el PRI, sea por la vía de la elección, sea por la vía del arreglo. Guadiana ha estado en medio de escándalos de todo tipo. Marcadamente por los beneficios que ha recibido como empresario de sus posiciones de poder público. Incluso ha tenido algunos roces con el presidente López Obrador a consecuencia de los intereses que defiende.
»No es que Mejía Berdeja fuera un trabuco de aspirante, para nada. (…) su precampaña rayó en lo patético: desde el uso de aviones oficiales para promover sus aspiraciones, pasando por el dispendio de recursos en fiestones (uno de ellos cerquita de la mina siniestrada hace unos meses) y llegando hasta el triste papel de volverse bailarín de TikTok con tal de tratar de conquistar nuevas audiencias».
Desde que el subsecretario de Seguridad Pública, originario de Torreón, regresó a Coahuila se encendieron las alarmas. A toda luz era el ungido de Palacio Nacional. El diagnóstico de Loret al respecto es certero: «No era a Mejía a quien le tenía miedo el PRI. Le tenía miedo a López Obrador: que el subsecretario recibiera todo el paquete-AMLO de apoyo de Estado, por su cercanía con el presidente (promoción en la mañanera, investigaciones en al UIF, cash, operación política desde Palacio Nacional, programas sociales, carpeta en la FGR y un largo etcétera)». La tensión terminó el 12 de diciembre. Con Guadiana como candidato, el PRI tiene la mesa puesta.