“Dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá todos los días”, Lao-Tse.
Esta semana se inicia un nuevo ciclo escolar, en el cuál millones de niños, jóvenes y adultos regresarán a las aulas, aulas que tuvieron que estar vacias por casi 3 años, debido a la pandemia del Covid-19, que lesionó todos los sentidos y aspectos.
Actualmente, en México y en el mundo, hay una cantidad mayor de alumnos en las escuelas, incluso en niveles superiores. Situación que permite tener un crecimiento y desarrollo económico, pues hay estudios que demuestran, que individuos con mayores niveles académicos cuentan con mayores ingresos salariales.
A medidados del siglo pasado dos economistas norteamericanos, Theodore Schultz y Gary Becker, desarrollaron la teoría del capital humano, gracias a estudios realizados pudieron observar que existe una relación directa entre la preparación académica de los trabajadores y sus ingresos. Siendo éste el origen de la frase tan parafraseada en la que se afirma que: “La educación es una inversión“.
Tan importante es el capital humano en una economía que, el Banco Mundial en el 2018 publicó su primer Índice de Capital Humano, como una medición para, valga la redundancia, cuantificar “la cantidad de capital humano que un niño nacido hoy, puede esperar alcanzar a los 18 años, teniendo en cuenta los riesgos de salud y de educación deficientes que existen en el país en el que ha nacido”.
La inversión en educación es una camino obligatorio, que hay que recorrer para lograr el desarrollo de una sociedad, un desarrollo social de equidad, un desarrollo de libertad y por supuesto un desarrollo económico para que los integrantes y entes de una economía podamos satisfacer nuestras necesidades y tener un nivel de vida mejor.
La educación, siendo planeada, desarrollada con un seguimiento de evaluación continua es una educación de calidad, lo que la convierte en la llave para el desarrollo.
Éxito a todos los alumnos que inicial ciclo escolar, éxito al personal docente y administrativo quienes de manera directa e indirecta tienen la responsabilidad de la formación académica e ideológica de quienes viven su infancia y juventud en el presente.