Los rugidos del Tigre Ricardo Mejía, candidato del PT a la gubernatura, despertaron al estado, apagaron la soflama del morenista Armando Guadiana y cambiaron la dinámica electoral. A unos días de las votaciones, la atención está centrada en el saltillense Manolo Jiménez (PRI-PAN-PRD), quien encabeza los sondeos, y el lagunero que renunció a la Subsecretaría de Seguridad para subirse al carro de la sucesión. El líder de Morena, Mario Delgado, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, han elegido a Mejía como cabeza de turco. El dinosaurio avanza hacia la meta, pero también cojea. ¿Qué juega en su contra?
- El hartazgo social. El PRI ostenta el poder desde hace 94 años, un anacronismo si se toma en cuenta que las únicas entidades del país donde no ha habido alternancia son Coahuila y Estado de México. Frente a esta situación, la mayoría de los electores del estado (alrededor del 60%) se inclina por un cambio de partido en la gubernatura. A escala nacional, el PRI es el partido por el cual más del 30% de los ciudadanos jamás votaría, de acuerdo con encuestas.
- La megadeuda, adquirida durante el Gobierno de Humberto Moreira. El expediente del caso lo sepultó su sucesor y hermano Rubén, actual jefe de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados. Las denuncias de la Auditoría Superior del Estado por los pasivos irregulares y el desvío de recursos a empresas fantasma han sido archivadas.
- La inconformidad entre la burocracia por la falta de oportunidades para ascender. El mismo sentimiento priva en los sectores y en las bases del PRI, pues las candidaturas a diputados y otros cargos se otorgan a júniores sin méritos ni trayectoria.
- La pérdida de aliados como Alonso Ancira, expresidente de Altos Hornos de México (AHMSA), soldado del PRI, y de las secciones 35 y 38 del sindicato magisterial, cuyos dirigentes y afiliados simpatizan con Mejía. Trabajadores de AHMSA y de la CTM de Piedras Negras también se han decantado por el candidato del PT.
- El activismo de grupos disidentes como la Coalición de Trabajadores de la Educación, cuyas demandas de respeto a sus derechos y el pago de adeudos no han sido resueltas. El frente de maestros pensionados, jubilados y en activo convocó a los candidatos al Gobierno a asumir una serie compromisos, el 15 de mayo. El documento lo firmaron Armando Guadiana (Morena), Ricardo Mejía (PT) y Evaristo Lenin Pérez (PVEM-UDC).
- La estructura electoral del PRI cubre los 38 municipios del estado. Su objetivo es conseguir un mínimo de medio millón de votos y elevar ese techo con las aportaciones del PAN y de ciudadanos apartidistas, pero contrarios al presidente López Obrador. La base de Morena ronda los 410 mil sufragios. El PT es uno de los partidos menos votados en Coahuila, pero las intenciones por Mejía subieron conforme avanzaron las campañas. La preferencia por la coalición Verde-UDC —del orden del 5-6%— corresponden a su peso real.
El voto de castigo podría favorecer al candidato disruptivo (Mejía). Las elecciones del 4 de junio prometen ser controvertidas. Máxime si la participación ciudadana rebasa el 60% registrado en 2017.