El icónico músico evita la política en sus conciertos, pero apoya abiertamente a la campaña de Harris-Walz en un país polarizado
Nueva York – El músico Bruce Springsteen ha cautivado a su público durante más de cuatro décadas, y su gira de 2024 en Estados Unidos ha tenido una importancia especial en un contexto de intensas divisiones políticas. Aunque el «Boss» evita discursos políticos en sus conciertos, ha expresado abiertamente su apoyo a la campaña de Kamala Harris y Tim Walz, al tiempo que aboga por un espacio donde sus seguidores puedan dejar de lado sus diferencias partidistas.
Springsteen ha sido claro sobre su postura en un reciente mensaje en redes sociales, donde se refirió al expresidente Donald Trump como “el candidato más peligroso” y elogió a Harris y Walz por sus propuestas inclusivas para la economía. A pesar de su conocido apoyo a causas progresistas, el músico busca que sus conciertos sean espacios de encuentro, donde la política queda en un segundo plano y la música conecta a la audiencia en torno a temas de lucha, resiliencia y comunidad.
Mitchell Duneier, profesor de sociología en Princeton y experto en la obra de Springsteen, explicó que su música encarna las complejidades y contradicciones de Estados Unidos. En sus conciertos, es común ver a trabajadores de clase media junto a profesionales de élite, todos unidos por letras que abordan temas como el racismo, el declive del sueño americano y la esperanza de unidad.
Para muchos, asistir a sus conciertos es un ritual que ofrece un sentido de comunidad y esperanza. Springsteen, por su parte, ha reiterado que su intención es que su público se sienta bienvenido sin importar su perspectiva política. “Es un espacio donde la gente puede venir y estar con su vecino, sin importar su punto de vista”, comentó Springsteen en una entrevista.
Este sentido de unión, que ha definido su carrera, es hoy un mensaje especialmente relevante.