No podemos subestimar la importancia de un descanso de calidad. Dormir bien no es solo un lujo; es una necesidad fundamental para nuestro bienestar general. Es positivo para:
Nuestro cerebro, pues cuando dormimos, nuestro cerebro trabaja duro, consolidando recuerdos, procesando información y restaurando funciones cognitivas. Dormir lo suficiente nos permite pensar con más claridad, tomar mejores decisiones y mejorar nuestra concentración y productividad.
«El científico de Harvard expone, igualmente, que quizá esta regla no sirva para todos»
Nuestra salud física, ya que, durante el sueño, nuestro cuerpo repara y regenera células, tejidos y músculos. Ayuda a estimular nuestro sistema inmunológico, reduciendo el riesgo de enfermedades e infecciones. Un sistema inmunológico fuerte es crucial para combatir infecciones, virus y enfermedades.
Nuestra salud mental, pues, al igual que con nuestro físico, dormir las horas necesarias es imprescindible para mantener una salud mental y emocional óptima. Cuando dormimos bien, nos despertamos sintiéndonos renovados y rejuvenecidos, con fuerzas para enfrentarnos a todo lo que nos depara el día. Si no dormimos suficiente, es probable que presentemos una mayor irritabilidad, cambios de humor, ansiedad y depresión.
Nuestro apetito, ya que el sueño está íntimamente ligado a la regulación del hambre y el apetito. Si no dormimos bien, se alterará el equilibrio de las hormonas del hambre, lo que provocará un aumento de los antojos de alimentos, especialmente aquellos con más calorías y menos saludables.