Los propietarios del histórico cine han llegado a un principio de acuerdo con el fondo de inversión Stoneweg y la baronesa para transformar el equipamiento en museo
La casa de los festivales de cine impulsada por el In-Edit tendrá que esperar. También la sala de espectáculos que planeaba abrir Warner, así como el resto de propuestas que optaban a levantar la persiana del antiguo cine Comedia y a las que se ha acabado imponiendo, era de esperar, el caballo ganador; la opción más mediática. Sí, el museo barcelonés de Carmen Thyssen.
Y es que, según ha adelantado este viernes el digital ‘On Economia’, los propietarios del histórico cine, las familias las familias Pla y Planàs, han llegado a un principio de acuerdo con el fondo de inversión Stoneweg y la baronesa para transformar el equipamiento en museo. Según fuentes conocedoras de la negociación, el preacuerdo establecería que la colección de pintura catalana de los tres últimos siglos de la baronesa ocuparía un lugar privilegiado en el futuro centro.
Hace quince días, Carmen Cervera ya manifestó en ‘La Vanguardia’ la voluntad de retomar su vieja ambición de abrir un nuevo espacio en Barcelona y aseguró que un «un museo importante de algunas de las mejores obras del arte catalán» sería «el mejor legado» que podía dejar a las futuras generaciones.
En aquel momento, y con varias propuestas encima de la mesa para reabrir el cine Comedia con nuevos usos culturales, los propietarios del edificio insinuaron que la cosa iba para largo, pero los trámites parecen haberse acelerado y el Museo Carmen Thyssen-Bornemisza Barcelona está, como quién dice, a la vuelta de la esquina. En concreto, en el cotizadísimo cruce de Gran Vía con Paseo de Gracia, punto de referencia cinéfilo durante más de sesenta años y nuevo agujero negro en la memoria colectiva de la ciudad desde el pasado 14 de enero, cuando el grupo Yelmo dejó de operar y las cinco salas bajaron definitivamente la persiana.